América y Pumas defraudaron con un partido infame que estuvo lejos de corresponder a una afición que puntual y expectante dio vida y color, como pocas veces durante el torneo, al estadio Azteca.

Ambas oncenas fueron incapaces de hacerse daño y pactaron un desabrido empate sin goles, conscientes de las previas derrotas de Chivas y Cruz Azul, los otros dos grandes del sector dos.

El conjunto de la UNAM no dejó de sumar, aunque interrumpió su racha de tres victorias consecutivas y se mantiene en la punta del flojo grupo de la muerte, mientras las Águilas continuaron por la senda gris y todavía no ganan en su casa durante la presente campaña.

Al arranque del juego los auriazules tramitaron un par de tiros de esquina, pero luego debieron aplicarse a la defensiva para contener al desbocado América que se mostró más peligroso con disparos del paraguayo Salvador Cabañas, quien estuvo bien custodiado por su compatriota, el no menos aguerrido Darío Verón.

Entre lo más destacado del partido, por parte del cuadro anfitrión, estuvo una llegada por el costado izquierdo del gringo Édgar Castillo. El espigado jugador aprovechó su velocidad y buena conducción y sacó un disparo que Sergio Bernal estrelló en el poste al desviar con el pie izquierdo.

Al minuto 21 se produjo una jugada polémica, cuando Dante López se perfiló a la meta local y sacó un tiro que terminó en las redes, pero el árbitro Roberto García invalidó la acción felina por supuesta zancadilla del atacante sobre Juan Carlos Valenzuela.

El brasileño Robert de Pinho tuvo una mala tarde, porque dejó escapar una tras otra para dar vida al tablero. En una de las principales hizo una buena recepción con el pecho, pero no le pegó bien al esférico al momento de definir. Después quiso rematar con un frentazo que se fue por un costado.

América tenía mejor llegada, aunque sin la claridad requerida. Ángel Reyna emprendió un atrabancado ataque, pero los de la UNAM estuvieron bien plantados a la defensiva y el valiente Marco Antonio Palacios se mostró atento para tapar el trallazo.

El mismo Pikolín tuvo otra acertada intervención al comienzo del complemento, cuando despejó un centro de Óscar Rojas.

Pumas también anduvo errático en el tiro a gol, pues aunque Martín Bravo se mostró escurridizo y varias veces pisó el área chica enemiga desquiciando a sus marcadores, su exceso de velocidad le restó precisión, como al minuto 59, cuando envió un zurdazo que pasó muy desviado.

El argentino se entendió bien con Fernando Morales, quien recorrió el carril izquierdo sin muchos problemas; Bravo recibió buen pase de su compañero y remató, pero el central amarillo Fernando Ortiz no tuvo empacho en arriesgar el físico, se cruzó y con la cara desvió para quedar demadejado y sangrante sobre el pasto.

En la recta final los técnicos de ambos equipos hicieron cambios para destrabar el partido, pero dieron prioridad a la defensa y en ese renglón salieron airosos al no permitir anotación.

Sin embargo, las ofensivas cayeron en desesperación, como lo evidenciaron las tarjetas amarillas que se ganaron Enrique Esqueda y Efraín Juárez por echarse sendos clavados.

Al minuto 73 Memo quedó doliéndose al recibir un balonazo de Fernando Morales que le pegó en los genitales, pero la acción había sido invalidada por fuera de lugar.