Cuernavaca, Mor., 23 de marzo. Mil 500 afiliados al Sindicato Independiente de Trabajadores de Nissan marcharon por las principales avenidas de esta capital para exigir a las autoridades estatales y federales apoyos económicos que detengan los despidos y paros técnicos en la industria automotriz, como las autoridades prometieron en sus respectivos programas contra la crisis económica.

La marcha partió a las nueve de la mañana de Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (Civac), donde se ubican dos plantas ensambladoras de Nissan. Avanzó por la carretera federal Cuernavaca-Cuautla y concluyó después del mediodía en el zócalo de la ciudad.

En un mitin celebrado frente al palacio de gobierno estatal, el dirigente sindical de Nissan, Andrés Lozano Rojas, explicó que sus compañeros están desesperados ante los recortes de personal y los paros técnicos cada vez más prolongados, sin que el gobierno de Morelos, que encabeza Marco Antonio Adame Castillo, ni el presidente Felipe Calderón Hinojosa apliquen medidas concretas para detener el desplome de la industria automotriz.

Recordó que la planta uno de Nissan en Civac inició un paro técnico el 17 de marzo y al día siguiente se detuvo la planta número 2; es decir, los mil 500 empleados no laboran desde la semana pasada.

Indicó que del 23 al 27 de marzo tampoco habrá actividades, pues en los patios de la empresa hay 8 mil vehículos que no se han vendido y otros tantos en las concesionarias.

Ante esta situación el sindicato pactó con la empresa paros técnicos que implican recibir 50 por ciento de nuestros salarios. Por eso salimos a marchar, para demandar la entrega de apoyos financieros a la industria automovilística, así como a los trabajadores en paro técnico. Exigimos que las autoridades cumplan lo que dicen en los medios de comunicación: defender los salarios y los empleos de los mexicanos, dijo Lozano Rojas.

Subrayó que a pesar de que Nissan realiza paros técnicos desde enero, ni el gobierno federal ni el estatal han apoyado a la empresa o a los trabajadores.

Durante enero, la empresa paró parcialmente todos los viernes y despidió a cien empleados; en febrero todos los trabajadores pararon los viernes y se rescindió contrato a 10 personas; en marzo el paro se aplicó los jueves y viernes de las dos primeras semanas; en la tercera semana de este mes sólo se laboró un día, y en la última el paro será total.

Los manifestantes narraron que Nissan comenzó a operar en Civac en 1966, y actualmente tiene 2 mil trabajadores, pero de manera indirecta genera empleo para más de un millón de personas, sobre todo en Cuernavaca y municipios conurbados.

Juan Espinosa Juárez, trabajador de la una de las ensambladoras y habitante del municipio de Jiutepec, afirmó que su situación es insostenible, pues con la mitad de su salario no puede mantener a su familia.

Yo ganaba alrededor de 300 pesos al día; ahora gano 150. Mi esposa está buscando trabajo y mis hijos han tenido que limitarse: ya no compramos despensa como antes. Por eso demandamos al gobierno que apoye a la empresa para que no perdamos nuestros empleos, dijo.

Los obreros, vestidos de rojo, marcharon acompañados por representantes del Sindicato Mexicano de Electricistas, del Movimiento Magisterial de Bases y de otras organizaciones de la entidad.

Después del mitin en el zócalo, una comisión de trabajadores fue recibida por los secretarios estatales de Trabajo, Víctor Amador Reyes, y de Economía, Rafael Tamayo, y por el subsecretario de Gobierno, Rafael Martínez, quienes no les ofrecieron respuestas claras y sólo les prometieron que intentarían entregar apoyos a los trabajadores y a la empresa. También les prometieron que el gobierno estatal comprará autos Nissan.