Fresnillo, Zac, 23 de marzo. A cuatro años de que se anunció que el primer rastro tipo inspección federal (TIF) del estado se edificaría en esta localidad, y luego de que el gobierno estatal erogó más de 50 millones de pesos para su construcción y equipamiento, el lugar es un elefante blanco sin uso alguno, por múltiples fallas y problemas de diseño.

Pese a tener equipo de alta tecnología, cortadoras de carne de última generación, cuartos de refrigeración, patios de traslado y corrales de espera nuevos, el inmueble permanece sin dar servicio a los 30 mil productores locales de ganado bovino y caprino para quienes se construyó.

Mientras, los gobiernos estatal y municipal discuten quién debe corregir las fallas detectadas por la Asociación Nacional de Establecimientos TIF (ANETIF). Al menos faltan tres millones de pesos que nadie quiere invertir, sobre todo porque las autoridades no dilucidan qué nivel gubernamental deberá operar el rastro, el cual inicialmente se suponía que sería público.

Pasaron dos años sin que se conocieran públicamente los trámites de licitación y concurso para la construcción del inmueble. Amalia García colocó la primera piedra del rastro en febrero de 2007.

A principios de 2008, cuando la obra negra estaba concluida, se descubrió que el rastro, construido a unos 10 kilómetros de la mancha urbana de Fresnillo, no tenía acceso a una red de agua potable. El nuevo alcalde, David Monreal, gastó más de tres millones de pesos en perforar pozos, entubar el agua y llevarla al rastro.

Entonces se equipó el inmueble para lavado, sacrificio y destazado de animales. Las administraciones municipal y estatal comenzaron una pugna mediática para responsabilizarse mutuamente de los problemas y fallas en el rastro.

La ANETIF presentó 28 recomendaciones sobre fallas y problemas técnicos localizados en todo el inmueble y su equipamiento, que deberán ser corregidos antes de formalizar el trámite de solicitud de rastro TIF.