Diputados de PRD y PRI cuestionaron ayer las reiteradas intervenciones de la Iglesia católica en temas de gobierno y política partidaria, que por su origen no son de su competencia, y consideraron que con sus posiciones se ha asumido como comparsa y escolta del PAN y de una orientación política.

En tanto, el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés, expresó que peticiones como la de la Iglesia católica para castigar con el voto al PRI no ponen en riesgo las elecciones, porque los ciudadanos tienen suficientes conocimientos para decidir en libertad su voto. Añadió que el instituto no puede actuar de oficio en este caso, pero si algún partido presenta una queja, la atenderemos en los términos de la legislación.

Por su parte, la jerarquía católica en la ciudad de México señaló que los partidos están en todo su derecho de criticarlos y de pedir al IFE que se le sancione, si creen que hemos faltado a alguna ley. En entrevista, el vocero de la arquidiócesis primada de México, Hugo Valdemar, sostuvo lo anterior y apuntó que en caso de recibir algún apercibimiento, si hay razón lo aceptaremos con toda serenidad, pero si no, por supuesto que mostraremos nuestro descontento y lo haremos público.

Alfonso Suárez del Real, legislador perredista, dijo durante el foro intereclesiástico Por la defensa y el legado de Benito Juárez, que en su amnesia histórica, la Iglesia se olvida en cambio de condenar la usura que se rechaza en el Código Justiniano, en el Código de Derecho Canónico y en el catecismo.

Al referirse a la postura de la arquidiócesis en su órgano de difusión, Desde la Fe, valiéndose de la libertad de expresión que se le concede, el legislador sostuvo que dicho órgano de comunicación se transformó en oficioso vocero del partido en el gobierno, ¡para fustigar al PRI!, integrándose con esa acción como comparsa de la campaña de presión entre partidos políticos.

Resulta grave, añadió, que a pesar de los más de 150 años de laicidad en México, la cúpula católica ignore la historia y se constituya en escolta de una orientación política, pero que en cambio no se pronuncie contra la usura de los banqueros del país, aun cuando ésta es un pecado y Juan Pablo II la condenó vigorosamente ante las pretensiones de la banca internacional de aumentar los intereses de las deudas externas del tercer mundo.

Durante el foro, la diputada del PRI Beatriz Pagés Rebollar afirmó que si bien la Iglesia tiene derecho a ser libre y expresar sus posiciones, éstas no pueden dividir ni confundir a la sociedad, ni que sus decisiones y expresiones tengan como fin ocupar espacios políticos que no le corresponden ni buscar consolidar posiciones partidistas o de poder.

Consideró que al igual que el PAN y el gobierno de Felipe Calderón, la jerarquía católica presiona al Senado para aprobar reformas sobre narcomenudeo y la extinción de dominio, y “acusa a los senadores de hacerle el juego a los cárteles de la droga, en una posición sesgada, politizada y desinformada de la Iglesia”.

Por su parte, Valdés Zurita se limitó a exhortar a los mexicanos para que en este proceso electoral se conduzcan de acuerdo con la legislación vigente.

Una semana después de que desde su órgano de difusión la Iglesia local llamó a castigar con su voto a los partidos que se nieguen a aprobar iniciativas sobre justicia y seguridad pública, el vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, sostuvo que debe haber una razón justa para que se nos llame la atención. Creemos que no la hay, pero si la hubiera y es justificada, por qué no, la aceptaremos y tendremos más cuidado.

Sin embargo, agregó en entrevista, si no la hay, no nos dejaremos amordazar e intimidar por nadie, porque la Iglesia tiene una misión profética y no está para ser muda, ni está maniatada, ni para dedicarse al rezo, sino que tiene una función social, les guste o no a nuestros detractores. Esa función social siempre la ha ejercido y la seguirá ejerciendo.

Negó que en el editorial de la semana pasada de Desde la Fe llamaran a votar contra el PRI; en todo caso, dijo, se trató de un ejercicio de crítica al que tienen derecho los institutos políticos y la Iglesia católica, eso es parte de una sociedad libre, democrática, que todos queremos construir.