Economía
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Sarkozy y Merkel exigen dejar a un lado intereses nacionales y acordar medidas concretas

Endurecen Francia y Alemania postura sobre una nueva regulación del sistema financiero

Anticipa Lula que será una cumbre difícil; Obama exhorta a colegas a anteponer coincidencias

 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de abril de 2009, p. 23

Londres, 1º de abril. La cumbre de líderes del Grupo de los 20 (G-20), donde convergen países industrializados y emergentes se vio precedida por pedidos de medidas concretas y nuevas reglas mundiales para el sector financiero.

En una conferencia de prensa conjunta, la canciller alemana, Ángela Merkel, y el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, aseguraron que la aprobación por el G-20 de una una regulación del sistema financiero internacional no es negociable y demandaron a sus colegas dejar de lado los intereses nacionales y acordar medidas concretas.

Ambos mandatarios se manifestaron ante todo en favor de acabar con los paraísos fiscales de todo el mundo con la publicación de una lista de los mismos y sostuvieron que la implementación de nuevos programas coyunturales no debe ser tema central de la cumbre, tal como lo pide entre otros Japón.

Decimos que, sin una nueva regulación, no habrá confianza. Y sin confianza, no habrá recuperación económica. Se trata de un objetivo importante, que no es negociable, afirmó Sarkozy, que trató de poner presión en las últimas horas sobre el G-20.

El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, dijo tras una reunión en París con el mandatario francés, que ésta será una cumbre difícil. Hay enfoques diferentes para solucionar los problemas.

Restablecer el crédito

La crisis es resultado de la falta de responsabilidad. La tarea de los políticos es restablecer el crédito en el mundo. Sólo eso restablecerá la confianza de los consumidores en el mundo, indicó Lula da Silva horas antes de que ambos viajaran a Londres.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su debut en el gran escenario de la política internacional, se refirió a las dos cuestiones que levantan polémica en el debate previo a la cumbre, la del lanzamiento de nuevos planes de estímulo y la reforma del sistema financiero, dejando sin embargo la puerta abierta a vagos acuerdos.

Obama, que será seguramente la estrella de la cumbre, lanzó un llamamiento a los líderes del G-20 a hacer hincapié en los puntos en común que los unen y no en las divergencias.

Estimo que hay bastantes convergencias entre los 20 países, exhortó Obama en una conferencia de prensa con el primer ministro británico, Gordon Brown, anfitrión de la cumbre.

En el haber de su primer viaje a Europa como jefe de Estado, Obama consiguió un nuevo inicio de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia: con su colega Dmitri Medvedev, el mandatario acordó comenzar a diseñar un nuevo plan de desarme nuclear.

Poco después el mandatario estadunidense sostuvo su primera reunión con su homólogo chino, Hu Jintao, donde acordaron fortalecer los lazos en todos los niveles, desde la economía hasta la lucha antiterrorista, y ampliar el diálogo sobre la no proliferación y otros temas de seguridad internacional, indicó la Casa Blanca.

Por otra parte, el premier británico pidió al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que contribuya a acercar posiciones para forjar una solución común de cara a la regulación del sistema financiero en la cumbre del G-20, según informaron fuentes del gobierno español.

Según un borrador del comunicado del G-20, los líderes mundiales prometerán regular los principales fondos de cobertura por primera vez e implementar una nueva junta de supervisión para vigilar el sistema financiero global.

También establece el compromiso de los líderes a cooperar en las políticas económicas para restablecer el crecimiento global y abstenerse de la devaluación competitiva de nuestras monedas.

La presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, afirmó que el tenor del documento final de la cumbre revelará el fracaso del neoliberalismo, aunque aclaró que el documento no incluye dicho reconocimiento pero implica, por las medidas que adopta, que evidentemente fracasó.

Por la noche, Gordon Brown ofreció una cena en Downing Street, a la que asistieron también el primer ministro indio Manmohan Singh y el presidente sudafricano Kgalema Motlanthe.