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Hasta ahora se conocen más de 80 cepas, señala médico de la UNAM

El virus de la influenza muta cada 10 años hacia uno más agresivo: experto
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de mayo de 2009, p. 16

Desde el siglo XIX y particularmente en el XX, México y todo el mundo han sido testigos de importantes epidemias causadas por virus de la influenza, pues hasta ahora se conocen más de 80 cepas y se sabe que ha acompañado a la humanidad por miles de años, afirmó Carlos Viesca Treviño, jefe del Departamento de Historia de la Medicina y Filosofía de la Facultad de Medicina, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Cada año hay pequeños brotes de la llamada influenza estacional, particularmente durante el invierno, sin generar tasas elevadas de mortandad, aunque sí hay casos de muerte, pero se estima que en promedio cada 10 años aparece un mutante de los virus de la influenza más agresivo y según las condiciones, se pueden generar brotes epidémicos, epidemias locales o amenazas de pandemia, como la que hoy vivimos.

Estábamos preparados para una gran epidemia, agregó, porque desde la llamada gripe española, que llegó a México en 1918, y que ocasionó en todo el planeta más de 25 millones de muertes, periódicamente hemos tenido epidemias de influenza, de la que existe una enorme cantidad de virus.

Viesca Treviño, experto en el estudio de la medicina precolombina, destacó que entre 1935 y 1936 hubo un brote de influenza, además de otro en 1947. También se presentó una epidemia muy grave en 1957, ya que tan sólo en Estados Unidos ocasionó más de 60 mil decesos; para 1968 se presentaron nuevos casos en Hong Kong, y luego se extendió a otros países con menor fuerza.

En 1976, agregó, hubo una pequeña epidemia en Estados Unidos, en cuanto al número de afectados, pero se hizo un gran escándalo a pesar de que se controló rápidamente, lo que impulsó la inversión para crear vacunas contra la influenza, pues Estados Unidos gastó 165 millones de dólares en su investigación y producción.

Para 1986-1987 se esperaba que reapareciera, pero no se presentó, y fue en 2003 cuando se dio la alerta mundial con la llamada gripe aviar, ocasionada por un determinado virus de la influenza (H5N1), “y es cuando todos pensamos que se presentaría esa gran epidemia, se controló rápidamente, aunque se estableció la vigilancia epidemiológica pensando que pudiera resurgir en cualquier momento y lugar del mundo.

Todos nos estábamos preparando para la gran epidemia, pero se pensó que llegaría de Asia y vino a aparecer en Norteamérica, aunque ni siquiera podemos afirmar que se trate directamente de México, porque no estamos seguros de que sea el país donde se presentaron los primeros casos, enfatizó.

“No podemos olvidar –continuó– que desde hace más de tres meses hubo reportes en naciones como Canadá, Malasia, Estados Unidos y del Sureste asiático, pero no sabemos si se trata de la misma cepa, aunque es probable que este nuevo virus haya empezado en el norte de Estados Unidos y sur de Canadá, y de ahí avanzó al sur, y se manifestó con mucha más fuerza aquí”.

En cuanto a México, recordó el especialista, desde el siglo XV, en los años de 1451-1452, se tiene constancia de que se presentó una gran epidemia llamada catarro pestilente, que ocasionó muchas muertes, y que hoy podemos considerar con mucha certeza, que se trató de un brote epidémico severo de influenza.

Destacó que los virus son parásitos intracelulares, pues requieren de la célula para vivir, por lo que dependen de su capacidad de agresividad para penetrar en el cuerpo y sobrevivir. Además, sabemos que tienen una enorme capacidad para reproducirse, ya que en tan sólo tres días pueden generar hasta un billón de réplicas.

México ha respondido con prontitud y capacidad a la emergencia sanitaria, pero de cara al futuro debemos garantizar una mayor información que permita generar mayor conciencia en la población, y desde las autoridades sanitarias mantener un estricto control y monitoreo de los casos de riesgo, ya que el acceso a información oportuna es vital, concluyó.