La travesía comienza en México, para luego saltar al extremo sur de África y de allí retornar a Chicago, Estados Unidos, desde donde se dirige al noreste brasileño, pasando antes de nueva cuenta por México, además de hacer escala en Nicaragua, Venezuela y la Colombia negra para concluir en Argentina.

Tal es el viaje sonoro de Isabel Tercero, Arturo Cipriano y Mitote Jazz en su más reciente material discográfico, Funklórico, que actualmente promocionan con una gira por diversas ciudades del país, entre ellas la de México, donde se presentarán en fecha y lugar por confirmar.

Hermanamiento de continentes, ritmos y géneros; diversidad extravagante; libertad, crítica social y una actitud de vida, pero sobre todo magia, fiesta y jolgorio son los elementos que, a decir de sus creadores, hacen de este álbum, distribuido por el sello Pentagrama, una propuesta sumamente especial dentro de su larga trayectoria en el panorama jazzístico mexicano.

Cuentan en entrevista Isabel Tercero y Arturo Cipriano que esta nuevo disco es un proyecto largamente acariciado, pues nos llevó décadas de preparación y trabajo tener el atrevimiento de interpretar a éstos que son nuestros maestros.

Entre ellos mencionan al sudafricano Abdullah Ibrahim, los estadunidenses Henry Threadgill, Sun Ra (Herman Sonny Blount) y Don Cherry; el venezolano Genaro Prieto y los brasileños Joao Bosco y Hermeto Pascoal, y al argentino Atahualpa Yupanqui.

“Hacer música de ellos –destacan– requiere de mucha preparación o de un alto grado de cinismo.”

Entre las 12 piezas que integran ese material se incluyen, además, las de los mexicanos Guillermo González, Brígido Santa María y el propio Cipriano, así como versiones de música tradicional mexicana y nicaragüense.

La negritud está en nosotros

La extravagante diversidad del programa me apasiona. Es música sumamente bailable. Cuando se empiezan a escuchar los tambores comienzan a girar de manera natural el ombligo y las caderas; es África, la negritud, que está en nosotros, sea en lo afroamericano o lo afroandaluz, subraya Isabel Tercero.

De igual manera, resalta los arreglos realizados por Cipriano, no sólo por darle la oportunidad, como vocalista, de explorar, experimentar y proponer, sino por mantener intactas las cualidades sonoras de Mitote.

Mitote es magia, es ritual, la sanación; es bailongo, la alegría, la comilona, la bebida, una actitud de música y vida.

Para Arturo Cipriano, la realización de este nuevo material discográfico, en el cual intervinieron 29 músicos, representa un desafío, en términos de lo que habrá de seguir en el futuro del grupo.

Todavía no veo, en medio de la democracia de la mediocridad, cuál es el siguiente paso. No sé hacia dónde dirigirlo; pero sí sé que ahora llegamos a un escalón, con estos compositores y repertorio, que obliga a un paso mayúsculo, a una creación superior; nos obliga a todos a hacer algo otra vez diferente, dice el creador e intérprete.

También sé que, en medio de la brutalización sin precedentes que aqueja al país, nos queda el remanso del sonido, el poder juntarnos y buscar divertirnos, e inclusive intentar que nuestras vidas brillen por medio de la música.