Alfonso Suárez del Real, presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, acusó al gobierno de omisión en el seguimiento de la política y proyectos de la cultura mexicana.

Avizoró que la crisis económica nacional impondrá un sello recesivo a las actividades culturales en el país, por lo cual será necesario un presupuesto transversal para el subsector cultura el año próximo, con objeto de impedir la opacidad en el uso y destino de más de mil millones de pesos autorizados para celebrar el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.

El legislador perredista se sumó a la preocupación de Hilda Trujillo, directora de los museos Frida Kahlo y Diego Rivera Anahuacalli, en relación con la caída de los ingresos por las medidas sanitarias de los días anteriores.

Si esto está ocurriendo en relación con las instituciones particulares vinculadas con el quehacer cultural, evidentemente nosotros, desde la Comisión de Cultura, estamos preocupados y ocupados porque el INAH y el INBA no van a reportar un incremento sustantivo en los ingresos derivados de la venta de boletos para las zonas arqueológicas, museos y los teatros que tienen a su cargo.

–¿El gobierno federal no ha emprendido una política deliberada para omitir de sus prioridades la cultura?

–Expreso mi sorpresa de que el secretario Agustín Carstens haya omitido este rubro que es tan importante o que el titular de Turismo, Rodolfo Elizondo, no haya expresado preocupación en relación con el impacto que genera el descenso de visitantes extranjeros, y su vinculación con la conservación del patrimonio cultural. Eso me preocupa, no quisiera corroborar la percepción de que es una manera de seguir manejando la cultura como algo complementario, accesorio, quisiera pensar que dado el cerco sanitario, omitieron esta parte. Si es deliberado, es muy grave.

–¿Es una omisión?, –se le insistió.

–Sí la hay, me sorprendió y me preocupó que se omitió el tema tanto por el secretario de Hacienda, me preocupó más cuando no vi reacción alguna de los titulares de Turismo o del secretario de Educación Pública.

El panorama del presupuesto para 2010 es lúgubre, porque hay una severísima crisis económica. Va a ser un presupuesto recesivo para la cultura, porque a la caída de la economía se suma la de la recaudación fiscal. A esto se agrega la volatilidad del peso en relación con otras monedas, y se añade el desplome del precio del petróleo. En el caso de la cultura vislumbro un presupuesto magro y tendiente a garantizar actividades, pero no políticas ni proyectos.