El control de la epidemia de influenza se logrará cuando hayan transcurrido por lo menos 15 días sin registro de nuevos casos confirmados, lo cual todavía está muy lejos, afirmó el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos. Calculó que van a pasar varias semanas antes de llegar a ese punto e insistió en que la reanudación de las actividades económicas y escolares no implica el regreso a la normalidad.

Al presentar una nueva evaluación sobre la situación de la enfermedad, dijo que seguramente habrá nuevos brotes de la gripe viral A/H1N1, de los que se espera que cuando mucho alcancen el nivel de moderados en lugares específicos, donde se tendría que aplicar nuevamente las medidas preventivas y de distanciamiento social.

De ahí la importancia de que se cumpla con los lineamientos emitidos por la Secretaría de Salud (Ssa) para centros de trabajo, transporte, restaurantes y lugares de esparcimiento, así como el manual que se aplicará en las escuelas, indicó Córdova, para luego comentar que las acciones tomadas a partir del 23 de abril, cuando se confirmó la presencia del nuevo virus, sirvieron para retrasar el momento de aparición del mayor número de casos, así como la demanda de servicios médicos, y reducir la cifra de personas enfermas.

Lo que sigue, insistió, es mantener medidas como el lavado frecuente de manos y, en el caso de quienes llegasen a contraer el virus, mantenerse aislados durante siete días a partir del inicio de los síntomas, lo mismo que el resto de los miembros de la familia, quienes también pueden ser portadores, aun cuando no tengan manifestaciones del padecimiento.

Asimismo, hizo un reconocimiento a las medidas emprendidas por el Gobierno del Distrito Federal. Señaló que han sido muy buenas y mencionó al respecto las cámaras para detectar si las personas sufren de temperatura elevada en el Metro, o la distribución de gel antibacteriano.

La semana pasada, Córdova dijo que los servicios estatales de salud no estaban cumpliendo con la notificación obligatoria de casos de influenza, en lo que era un problema de tal magnitud que requirió la emisión de un acuerdo del Consejo de Salubridad General para refrendar dicha obligación, ya prevista en la normatividad desde mediados de los 90.

Ayer, interrogado sobre si el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica ya recibe los reportes de los estados, el secretario intentó justificar la falla que contribuyó a la inconsistencia de las cifras de casos y fallecimientos a causa de la epidemia.

Fase rutinaria

Dijo que el sistema mexicano, como todos los del mundo, entran en una fase rutinaria de trabajo en donde no nada más están detectando casos de influenza. Detectan dengue, cólera, hepatitis, tos ferina, varicela y una gran cantidad de enfermedades que son de notificación obligatoria.

José Ángel Córdova, durante la conferencia de prensaFoto Jesús Villaseca

Los sistemas funcionan adecuadamente, pero ahora que tenemos una situación fuera de lo normal, obviamente se ven exigidos y particularmente porque están ante una situación anormal con un virus desconocido.

Enseguida apuntó que todos los estados están trabajando de manera bastante coordinada y en algunos sitios estamos apoyándoles porque finalmente somos una unidad. Mencionó que algunos epidemiólogos se trasladaron a esas entidades para ayudar en los sistemas de vigilancia.

Esto está permanentemente mejorando, afirmó. Luego se refirió al avance que lleva la instalación de laboratorios clínicos para la identificación del virus A/H1N1. El de San Luis Potosí empezará hoy a realizar las pruebas, en Veracruz se iniciaron el pasado martes y el de Sonora lo hará en estos días.

Por otra parte, llamó la atención sobre la importancia de estar atentos a los síntomas de enfermedad y mencionó que antes de la alerta sanitaria del 17 de abril, cuando se informó del crecimiento inusual en el número de casos influenza, los pacientes llegaban a los hospitales después de 7 a 9 días de estar enfermos y con cuadros muy graves de neumonía. Después de esa fecha, los afectados empezaron a llegar a las 36 horas de aparición de los malestares.

Esa tardanza explica en parte la elevada cifra de muertes en las edades de 20 a 39 años –60 por ciento de los decesos–, a lo que se suma que generalmente este sector de la población tiende a la automedicación con productos que sólo deberían ingerirse por prescripción médica. Otra teoría que podría explicar las defunciones en este grupo de edad es que los jóvenes tienen una reacción hiperinmune a las infecciones virales, sobre todo cuando se trata de un virus desconocido. Explicó que los fallecimientos se debieron a una falla orgánica múltiple.

En un principio presentaron una neumonía grave, de focos múltiples, pero muchos de ellos también tuvieron datos que sugerían una reacción hepática, una hepatitis aguda, incremento de las enzimas del corazón, de los pulmones y algunos otros también presentaron elevación de las enzimas pancreáticas. Significa, indicó el secretario, que hay una reacción de todo el cuerpo, lo que lleva a un cuadro de una gravedad extrema.