Washington, 6 de mayo. La violencia en la frontera entre México y Estados Unidos provocada por los cárteles de la droga disminuyó en las semanas recientes gracias al despliegue de tropas mexicanas, afirmó este miércoles la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano.

Asimismo, añadió, no se han registrado desbordes de la violencia hacia el lado norte de la frontera, indicó Napolitano durante una audiencia ante la Comisión de Justicia del Senado estadunidense.

La secretaria de Seguridad dijo que desde que ella llegó al cargo, hemos visto una reducción de la violencia, pero agregó que el crédito le correspondía a la decisión del presidente de México de enviar a militares a Ciudad Juárez, la población más violenta de México.

La presencia de los soldados mexicanos ha tenido un impacto grande en el descenso del número de homicidios que estaban ocurriendo en el estado de Chihuahua. Eso está funcionando, añadió.

El presidente mexicano Felipe Calderón ordenó el despliegue de 36 mil militares para reducir la violencia de los cárteles.

No obstante, Napolitano se preguntó: ¿hasta cuándo será sostenible esa situación?, por lo que afirmó que se mantendrá trabajando con el gobierno mexicano para llegar a la raíz de la violencia.

Destacó además que su oficina tiene contacto permanente con los jefes policiales de las poblaciones fronterizas de México, quienes reportan que no ven ningún aumento o desborde de la violencia por la guerra de los cárteles en México.

Mantendremos esos esfuerzos, señaló.

La secretaria de Seguridad Interior destacó que desde la puesta en marcha del programa Armas Cruzadas, a mediados del año pasado, para impedir que sean introducidas armas a México desde Estados Unidos, se han incautado casi mil 500 armas y más de 116. mil municiones útiles.

México afirma que 90 por ciento de las armas que usan los cárteles de la droga, los cuales se enfrentan en sangrientas luchas para dominar rutas de tráfico, provienen de Estados Unidos.

La violencia ligada al narcotráfico ha dejado en México más de 7 mil 300 muertos desde principios de 2008.