A finales de abril, dos meses después del brote de influenza que afectó a 25 por ciento de los habitantes de la comunidad La Gloria, en Perote, Veracruz, y seis días después de que se declaró la emergencia sanitaria en el país por la epidemia de influenza A/H1N1, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) realizó una verificación sanitaria en la que se limitó a constatar que ni en la empresa Carroll de México ni en el pueblo había cerdos enfermos.

Miguel Ángel Toscano, titular del organismo, participó ayer en la conferencia de prensa en la Secretaría de Salud (Ssa) en la que se informó la situación de la epidemia en el país. Hizo un recuento de las actividades que los supervisores de la Cofepris realizaron, tanto en el poblado como en la empresa criadora de cerdos, pero sin hacer ninguna referencia a las denuncias que durante años han presentado los habitantes de La Gloria sobre el riesgo sanitario en que viven a causa de la contaminación del ambiente.

En La Gloria se registró el pasado primero de marzo uno de los mil 204 casos que hasta ahora se han confirmado del virus de influenza A/H1N1. En esa localidad ocurrió uno de los brotes inusuales de influenza entre los meses de febrero y marzo, el cual afectó a 25 por ciento de los habitantes.

Los inconformes denunciaron en ese momento su temor de que las infecciones virales estuvieran relacionadas con la contaminación generada en la granja Carroll; sin embargo, nadie los escuchó. El brote epidemiológico concluyó y no fue hasta el pasado 23 de abril cuando la Ssa confirmó que una de las muestras tomadas en La Gloria y enviadas a Canadá para su análisis salió positiva al nuevo virus.

La inconformidad de los veracruzanos se agudizó cuando se informó que la cepa A/H1N1 tiene un componente genético de origen porcino.

Ayer, en su presentación, Toscano resaltó las acciones de saneamiento básico y fomento sanitario que llevó a cabo el gobierno de Veracruz, como la distribución de plata coloidal, 45 kilogramos de hipoclorito de calcio, la cloración de 50 depósitos de agua, 100 kilogramos de cal y encalamiento de focos de infección.

Luego procedió a hacer el recuento de la visita a la empresa Carroll, ubicada a 8 kilómetros de La Gloria. Según Toscano la compañía tiene un buen manejo de la basura, la cual es retirada por empresas contratistas especializadas; el manejo de cadáveres se hace mediante composta, mezclando paja y tierra en instalaciones con pared de concreto y techo de malla sombra para evitar plagas como roedores, moscas y aves.

Además, dijo que la mortalidad de la granja se mantiene por abajo del promedio del sector. De octubre de 2008 a marzo de 2009 osciló entre 2.1 y 2.9 por ciento, cuando el promedio general de las granjas porcinas es de 3.1 a 3.4 por ciento, dijo.

También se refirió a las condiciones de operación de la granja, la cual, dijo, cuenta con medidas de alta bioseguridad, como cercado con malla perimetral en toda la instalación, programas de control de maleza y plagas, desinfección y sanitización de materiales que ingresan a la granja y contenedores de alimentos cerrados, entre otros.

Según Toscano –y al contrario de lo reportado por la Comisión Nacional del Agua respecto a que existe filtración de desechos fecales al subsuelo–, las lagunas de oxidación en las que se captan los residuos sólidos están construidas en tres capas de compactación con arcilla y un sellador especial que evita la filtración hacia el subsuelo.