La respuesta de Felipe Calderón al gobierno de Haití por negarse a recibir ayuda humanitaria de México fue objeto de severas críticas en la Cámara de Diputados. Representantes de PRD, PRI y Convergencia calificaron de desmesura la actitud del Ejecutivo federal.

Denigra el papel de jefe de Estado y ha carecido de prudencia diplomática al pretender envolverse en la bandera de defensor de la humanidad, refirieron los legisladores consultados, quienes sugirieron al panista conservar la sobriedad diplomática y conceder mayores atribuciones a la cancillería.

Camerino Márquez Madrid, vocero de la fracción del partido del sol azteca, señaló que Calderón se muerde la lengua. Se ha visto poco serio, ya que no es competencia del Ejecutivo entrar en ese tipo de polémica, y eso manifiesta que le ha ganado el estrellismo. No le queda juzgar la situación política y social de otros gobiernos; si no nos gusta que nos califiquen, no hay que calificar. Haití está en su derecho, y lo anunció con dignidad.

Para el perredista, la escasa capacidad del gobierno federal de conservar los postulados esenciales de la política exterior nacional redunda en reacciones personales que afectan la imagen del país ante el mundo. “(Felipe) Calderón actúa con una visión emotiva y no abona a lo que debería ser una posición seria de México. Me da la impresión de que está envolviéndose en la bandera como el defensor de la humanidad, y lo peor es que se la está creyendo.

Quizá le está dando más resultado esta política mediática, porque traen asesores españoles y porque no les resultó el papel de porrito de segunda de Germán Martínez (dirigente nacional del PAN). Él repite la actitud de Vicente Fox al meterse abiertamente en los procesos electorales, porque así como Calderón ve a Haití, seguro nos ven otros países.

Juan Guerra Ochoa consideró que el gobierno incurre en una contradicción. ¡Es la desmesura! Nos estamos quejando de actitudes xenofóbicas y Calderón se coloca en papel de juez; es incoherente. No nos queda, como país, asumir posturas de las que nos quejamos. Manifiesta mucha ignorancia y un estado de ánimo de inconformidad y de insatisfacción, pero eso debería ser con su gobierno, porque ha manejado mal la crisis; él fantasea y cree que es el salvador del mundo, y se molesta e irrita porque un país pobre le rechazó la ayuda, por lo que hace un berrinche que no le queda, porque no es la postura de un jefe de Estado; es un hombre pequeño.

Asimismo, Alejandro Chanona, coordinador de la fracción de Convergencia, sugirió al Ejecutivo no subirse al ring y que ese trabajo lo desempeñe la diplomacia.

Me parece que no debemos desdeñar a nadie, porque el que se enoja pierde. El comentario en torno a Haití, más allá de que es un país pobre y temeroso del virus, no merece que digamos que su problema es humanitario y que se están muriendo inclusive de hambre.