Opinión
Ver día anteriorSábado 9 de mayo de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
La orquesta del tubo
N

o cabe duda que la explosiva (y a veces inquietante) combinación de computadora + Internet ha revolucionado la manera en la que trabajamos, aprendemos, nos comunicamos, nos divertimos, etcétera. No es exagerado decir que tal combinación ha impactado prácticamente todos los ámbitos de la vida moderna, para bien o para mal.

La música no sólo no ha escapado a este impacto, sino que de hecho ha sido una de sus principales beneficiarias, aunque no dudo que muchos puristas desaprobarían mi uso del concepto beneficio.

Los ejemplos son muy numerosos, pero basta mencionar sólo unos cuantos: los downloads, el file sharing, la posibilidad de escuchar (y ver) conciertos en vivo en la computadora, el iTunes que permite retacar toda nuestra discoteca en una minúscula iPod, la posibilidad de digitalizar nuestros incunables LPs (y claro, también los de 45rpm, cosa que acabo de hacer con culposo placer retro), el conveniente copiado de cds, para uso personal o para la flagrante piratería, etcétera, etcétera.

Es posible que una de las áreas de mayor impacto musical en Internet sea ese elusivo, extraño y abigarrado trozo del ciberespacio conocido como YouTube. (Su traducción al castellano, TúTubo, no es no muy eufónica ni muy elegante, lo siento).

Por más que lo intenté, no encontré un sitio cibernético que me informara cuántos videos se han subido a YouTube, ni qué porcentaje son musicales. Sin embargo, una navegación somera por esos rumbos virtuales permitirá entender que, en efecto, la música tiene una presencia sustancial en YouTube. Creo que uno de los experimentos más interesantes y fructíferos de la colaboración entre la música y la cibernética ha sido la reciente creación de la Orquesta Sinfónica YouTube (OSYT).

En algún momento de 2008 apareció en YouTube (y se publicitó por otros canales) la convocatoria para la creación de la orquesta. El proceso fue típico de esta era de músicos internautas. Había que acceder (si digo accesar, me fustigan) a la página de la convocatoria, enterarse de las bases, bajar (o downloadear) e imprimir la música requerida para la audición, ensayar hasta el agotamiento, grabar un video con la interpretación de esa música y, claro, mandarlo a YouTube.

Un jurado de profesionales, complementado por el voto popular a través de YouTube, eligió entonces a los mejores instrumentistas participantes, les informó de su elección para conformar la orquesta, y el proceso culminó (al menos por el momento) con el interesante concierto inaugural de la OSYT en el Carnegie Hall de Nueva York en abril de este año.

Si a primera vista este proyecto no parece ser más que un entretenimiento de bajo perfil, no está de más notar que en él estuvieron involucrados algunos personajes ciertamente importantes del mundo musical de hoy. Entre ellos, el destacado compositor chino Tan Dun, quien escribió música especialmente concebida para la OSYT. Y también Michael Tilson-Thomas, uno de los directores de orquesta más activos y propositivos del momento, y quien se hizo cargo de la batuta en el concierto inaugural.

Noventa músicos de 30 países (seleccionados entre 3 mil postulantes), de 15 a 55 años de edad, fueron llevados al Carnegie Hall para el concierto de estreno, una larga noche de música que incluyó obras de Bach, Mozart, Villa-Lobos, Wagner, Chaikovski, Lou Harrison, John Cage, y el estreno absoluto de la Sinfonía Internet No. 1, Heroica, escrita para la ocasión por Tan Dun.

No, tampoco a ese concierto pude ir, pero los clips que han sido subidos a YouTube, con todos los defectos típicos de imagen y sonido, permiten apreciar que la orquesta suena más que decorosamente, que el experimento fue muy exitoso, y que quizá pronto tenga réplicas significativas. Por lo pronto, me parece una forma harto divertida de enlazar la música y el Internet.

La pregunta obvia es: ¿tendrá alguna clase de continuidad y proyección la Orquesta Sinfónica YouTube? Supongo que habrá que entrar a YouTube para averiguarlo.