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No podemos volver a vivir igual que antes de la epidemia de influenza: García Cavazos

El mayor riesgo sanitario es creer que la situación está superada, advierte el IPN
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Antros y bares de la ciudad de México abrieron el viernes sus puertas después de bajar la alerta epidemiológica por la influenza en la ciudad de MéxicoFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Sábado 9 de mayo de 2009, p. 8

En México debemos entender que en términos de salud pública hay un antes y un después de la epidemia de influenza A/H1N1, pues previo a la emergencia sanitaria teníamos una forma de vida que ahora debe ser distinta. Hay que asumir cambios en los hábitos de higiene que nos permitan cuidar de nuestra salud, y con ello, la de quienes nos rodean, pues el principal riesgo es creer que no fue una situación grave y que está superada, afirmó Ricardo García Cavazos, director de la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

En entrevista con La Jornada, destacó que es preocupante que  luego de vivir la etapa más aguda de la alerta sanitaria, quizá menos de 30 por ciento de la población sigue correctamente las medidas de protección aconsejadas por las autoridades sanitarias. Aquí nos enfrentamos a un enorme riesgo de que comience a prevalecer la percepción social de que no pasa nada y podemos volver a vivir igual que antes, cuando no es así.

Ha llegado el momento, afirmó, de reconocer el valor de la medicina preventiva y no menospreciar las acciones de seguridad sanitaria, las cuales no se dictaron para molestar o incidir de forma negativa en la vida privada de las personas. Los ciudadanos deben creer en los científicos cuando alertamos que son necesarias y que representan un importante factor para evitar nuevos contagios.

No podemos esperar a que haya una tragedia con miles de muertes para asumir que debemos impulsar las acciones de medicina preventiva que implica atender la salud pública, es decir, la de millones de personas y no sólo preocuparnos por nuestra salud individual. Ésta es, quizá, una de las lecciones más importantes que nos ha dejado el nuevo virus de la influenza.

Al respecto, Leopoldo Aguilar, catedrático de la ESM y director del laboratorio de medicina de conservación, señaló que ante un virus con una enorme capacidad de mutación y recombinación genética, no podemos bajar la guardia, porque este agente infeccioso seguirá circulando en el entorno social y debemos estar preparados por si se presentan nuevos brotes.

Ángel Miliar, especialista en biología molecular de la ESM, también destacó que el virus de la influenza A/H1N1, nos dejó claro que se deben crear urgentemente centros de detección oportuna o vigilancia epidemiológica, no sólo para coordinar los esfuerzos de los principales grupos científicos, sino para saber cómo actuar de manera inmediata y conjunta si se nos presenta un escenario similar.

Vacuna, no blindaje

En cuanto al desarrollo del biológico contra este nuevo virus, indicaron que en promedio se lleva hasta un año el diseño de una nueva vacuna ya que se trata de procesos en los que se debe garantizar con distintas pruebas su efectidad. A pesar de que lo deseable es que se obtenga en menos tiempos, es un escenario muy difícil, ya que se debe considerar factores como la variabilidad genética de la población, en este caso de México, campo en el que el IPN ha avanzado mucho.

No obstante, subrayaron que aún con la creación de una vacuna, no podemos pensar que nos resolvió el problema y ya, no es un blindaje. Debemos recordar que se trata de un virus con una enorme capacidad de mutación y su efectividad también podría cambiar.

Otra de las tareas prioritarias es que las propias instituciones públicas, tanto de salud como de otros campos, deben creer en sus cuerpos científicos, porque son de los mejores en el mundo; no se require ir al extranjero para tener una opinión bien fundamentada, y más aún, para construir soluciones que atiendan las necesidades reales de la población mexicana, insistió Ángel Miliar.