Por más de tres décadas han alzado la voz con la misma exigencia: Desaparecidos, presentación y Vivos se los llevaron, vivos los queremos.

Familiares de víctimas de desaparición forzada, que integran el Comité Eureka y la organización Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS), se manifestaron por octava ocasión, como cada primer sábado de mes desde octubre pasado (esta vez el segundo, por la contiingencia sanitaria), en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), para exigir castigo a los responsables de esos delitos de lesa humanidad.

Esta vez recordaron a los casi 50 desaparecidos en los meses de mayo, de 1969 a la fecha, incluidos Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) desaparecidos hace prácticamente dos años. La continuidad de ese terrorismo de Estado ha seguido sumando nombres a la lista de desaparecidos políticos todos estos años.

Nadín Reyes, hija de Edmundo, declaró: Estamos como al principio; por dos años el gobierno no ha tenido la voluntad política para entregar a nuestros familiares.

A casi dos años de la desaparición forzada de su padre (el 25 de mayo de 2007, en Oaxaca) la joven se dijo cansada, pero no de buscarlo, sino de la nula respuesta gubernamental. No hay avances ni interés, además también afecta la falta de recursos económicos; sin embargo, cuando pienso en él, me digo a mí misma que no me puedo cansar.

En el contexto de las recomendaciones preventivas que han dado las autoridades de salud debido a la epidemia de influenza humana en el país, algunos de los manifestantes portaron cubrebocas, pero con leyendas como prohibido olvidar y ¿prohibido besar?

Con carteles, fotografías, mantas y música recordaron a las personas que han sido secuestradas por el Estado mexicano en los meses de mayo: Fernando Javier Chong, ¡presente!; Pablo Arreola Yáñez, ¡presente!; Felícitas Arroyo Dionosio, ¡presente!; Edmundo Reyes Amaya, ¡presente!..., y así se mencionaron casi 50 nombres.

Más de 500

Como cada una de las ocasiones en que se han dado cita en la SCJN, sobre las vallas que rodean la entrada principal del tribunal colgaron carteles, mantas y pancartas con los rostros de algunos desaparecidos políticos del país que, informaron, suman más de 500 en 40 años.

Seguiremos exigiendo la presentación con vida de todos los desaparecidos y la impartición de justicia ante estos crímenes de lesa humanidad, con todo lo que ello implica: el reconocimiento de estos actos como planeados, orquestados y ejecutados por el Estado mexicano, y el juicio y castigo a responsables y cómplices, señalaron.

Subrayaron que pese a ser un delito de lesa humanidad, la desaparición forzada ha sido y sigue siendo una práctica sistemática del Estado mexicano para reprimir y atemorizar a sus opositores y a la comunidad en general.

Recordaron que no cejarán en su intento por tener acceso a la justicia y hallar con vida a sus desaparecidos. Cada mes gritamos sus nombres para decir que están presentes; aquellos que pretendían desaparecerlos no lo lograron, porque su espíritu y lucha está aquí, con nosotros.