a etapa más aguda de la emergencia sanitaria parece haber terminado. Casa de la Paz invitó gratis a sus funciones de fin de semana para insuflar confianza al público, mientras el Centro Cultural Helénico dispuso en un portal de computadora la presentación de varias escenificaciones muy exitosas y de calidad para que pudieran disfrutarse mientras los teatros estuvieran cerrados. Ahora ya abren sus puertas y podemos hablar del espectáculo de improvisación Humor mierda en que un grupo de jóvenes actores y actrices muestran sus posibilidades en el género según el concepto original, la idea y bajo la dirección de Omar Medina y José Luis Saldaña con resultados más bien decepcionantes por varias razones.
A pesar del rechazo que el desagradable título pueda suscitar en algunas personas, éste hace suponer que se manifestarán de alguna forma los detritus de una sociedad en que imperan los más sucios contubernios y la más cínica impunidad a la vista de un gobierno inerme. Es decir, algún tipo de esa crítica social que la improvisación ha permitido desde los tiempos de la Commedia dell’arte y que incluso en México ha tenido momentos muy brillantes no hace tanto tiempo. Pero el espectador se encuentra ante un espectáculo inocuo en que el mayor atrevimiento –aparte del título que es cantado por los actores– es la alusión a la virilidad de un hijo que le muestra el pene a su padre, quien lo manipula. Sí, en verdad es un momento poco afortunado no por sicalíptico sino por poco teatral y no muy a tono con el resto de la larga improvisación.
En cuanto a la improvisación, cabrían dudas de que en realidad se realice porque se han visto algunos casos muy ingeniosos e incluso existen concursos acerca de la misma dentro de la Liga mexicana de la Improvisación. Divagando un poco, se podría decir que en esta línea el actor tiene que mantener una atención muy intensa lo que le es benéfico, pero a la larga cierta complicidad con el público que le es necesaria y las risas que suscita pueden viciarlo para actuaciones más serias dentro del teatro tradicional, por lo que muchos actores y actrices procuran mediar sus intervenciones en uno u otro modo teatral. Volviendo a Humor mierda, los espectadores han de contestar una serie de preguntas atrevidas acerca de su vida sexual, escritas en papelitos y de esas respuestas se irán, supuestamente, extrayendo las escenas a representar, lo que es muy usual en espectáculos de improvisación. Pero aquí no siempre se corresponden y algunas veces parecen metidas con un calzador conceptual y las soluciones dadas muestran las costuras de los ensayos.
Esto es muy palpable en la primera rutina (hablo de la representación que vi) que es enunciada como El sistema
en que se aborda una clínica veterinaria en que cada vez mueren más perros, algunos matados por vesania por el veterinario principal. Lo que esto tenga que ver con el sistema me resulta una misteriosa incógnita y si se trata de una metáfora he de confesar que no pude alcanzar a comprenderla. La rutina de la familia es más nítida y habla de la falta de solidaridad entre sus miembros, pero todas pecan de una precariedad dramatúrgica y lingüística en que se pierde toda posibilidad de buen éxito. Es una lástima, porque algunos de estos jóvenes –destacadamente Yuriria del Valle, la que a mi entender tiene más trayectoria– han actuado en montajes con textos bien escritos y en los que han dado buenas muestras de sus posibilidades actorales. Alternan funciones y en la que vi actuaron Salvador Jiménez, Juan Carlos Medellín, Angélica Rogel y Yuriria del Valle.
Cabe preguntarse lo que significa el teatro para estos muchachos. Más allá de los lugares comunes acerca de la generación x –que ya pasó y a la que quizás no pertenezcan los miembros del elenco y sus directores– y su despolitización, habría que recordar que sus miembros, si bien no atacaron la problemática social, hablaron desde los escenarios de lo que en verdad les interesaba, como la pareja, la elección sexual, la introspección hasta el desgaste anímico. Pero a este grupo nada de eso le importa en verdad y como puro divertimento tampoco funciona gran cosa.