Las revelaciones de Miguel de la Madrid y su intento de retractarse de lo dicho sobre Carlos Salinas de Gortari y sus hermanos Raúl y Enrique causaron reacciones varias en políticos, académicos y religiosos, las cuales van desde la afirmación de que ya es indeleble lo declarado por el ex mandatario –a quien reconocen su agilidad mental– hasta la de que puso al descubierto de una mafia que debe ser denunciada ante las instancias judiciales.

Para el coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal, la revelación del ex mandatario, sobre la vinculación del narco con los Salinas y la carta de desmentido de De la Madrid, pone al descubierto todos los intereses y la porquería de la política en los pasados 20 años.

El gobierno, subrayó, “ha estado en manos de una mafia sin escrúpulos donde la impunidad es su principal característica; lamentablemente, estos integrantes del cártel político siguen mandando en el país”.

Peligro de abstencionismo

El líder del partido Convergencia, Luis Maldonado, rechazó que el ex mandatario sufra de alguna limitación en sus facultades, como la víspera aseguró Carlos Salinas. “Las preguntas y respuestas en la entrevista que De la Madrid concedió –a la periodista Carmen Aristegui– están perfectamente articuladas; aun cuando quiera desmarcarse, sus declaraciones son indelebles.”

Destacó: da la impresión de que ahora le quieren quitar el impacto a la entrevista, obviamente por interés del priísmo, cuyo silencio llama la atención. Sin embargo, para los anales del periodismo y de la historia es una de- claración imborrable. Es necesario esclarecer la verdad histórica.

En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el presidente nacional del PRD, Jesús Ortega, consideró que el escándalo político desatado por el libro de Carlos Ahumada y las declaraciones de De la Madrid podría contribuir al desánimo político y al abstencionismo en las elecciones del 5 de julio.

El libro (de Ahumada) revela el complot que siempre denunciamos de quienes están detrás de los videoescándalos, y las declaraciones de un ex presidente sobre su sucesor confirman la estela de corrupción que caracterizó y caracteriza a los gobiernos priístas.

Carlos Salinas de Gortari en el Zócalo de la ciudad de México. Imagen tomada en 1990Foto La Jornada

Coincidió en que la clase política está ya podrida; eso lo saben muchos mexicanos, pero este escándalo y la vulgarización del discurso político sólo conllevarán al desdén de los electores en los comicios del 5 de julio.

La diputada Adriana Dávila, integrante del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, cuestionó que teniendo tanta información sobre los hermanos Salinas, el ex presidente no haya presentado una denuncia ante la Procuraduría General de la República.

Ojalá la presente, porque una revelación así no puede ser sólo de boca. De la Madrid, dijo, fue un cobarde que no pudo establecer mecanismos para que la situación no llegara a más, o de plano fue un cómplice. Rechazó que a su partido lo beneficien políticamente los dichos del ex mandatario.

Manuel González Navarro, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana, advirtió que el deterioro en la imagen de políticos y funcionarios públicos está generando creciente incredulidad en el quehacer político, también un profundo cuestionamiento del valor y respeto que se debe tener a las instituciones públicas, entre ellas a la Presidencia de la República. Además, el único mensaje que le llega a la población es el de la impunidad y el cinismo político.

Ulises Corona Ramírez, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, coincidió en que no se puede poner en duda la agilidad mental del ex mandatario. Es una persona sana, bien alimentada, por lo que sus afirmaciones sobre su sucesor, Carlos Salinas, son válidas,

Finalmente, Manuel Corral, secretario ejecutivo de relaciones públicas e institucionales de la Conferencia del Episcopado Mexicano, se pronunció por que se presente una denuncia y se haga una investigación. Coincidió en que revelaciones como las de De la Madrid o libros como el de Carlos Ahumada sólo generan desencanto en el electorado.