Sábado 16 de mayo de 2009, p. 23
Bangkok, 15 de mayo. La premio Nobel de la Paz y lideresa opositora Aung San Suu Kyi, quien fue trasladada el pasado jueves a una cárcel, confía en que será absuelta, a pesar de que la junta militar de Myanmar (ex Birmania) le imputó nuevos cargos derivados de la misteriosa forma en que un estadunidense llegó hasta su domicilio en Rangún, a principios de mayo.
San Suu Kyi es síquicamente fuerte
, aseguró el abogado de la opositora, Kyi Win, a la revista del exilio birmano Irrawaddy, que se edita en Tailandia.
Según Kyi Win, la opositora está arrestada en una casa de huéspedes
de la cárcel de Insein, que debido a las malas condiciones sanitarias es conocida como la fábrica de sida
de Myanmar.
De 63 años, la pacifista fue acusada de haber violado restricciones del arresto domiciliario después de recibir a un ciudadano estadunidense en su casa, John Yettaw, de 53 años, quien llegó a nado hasta la vivienda de la opositora, en las orillas del lago Inya.
Se desconocen los motivos de Yettaw para llegar hasta la residencia de San Suu Kyi. La embajada de Estados Unidos informó haber tenido conocimiento de la presencia de Yettaw, pero aseguró que no sabía detalles sobre su intención de visitarla.
Reporteros de Estados Unidos contactaron en el estado de Misuri a vecinos de Yettaw, quienes lo describieron como excéntrico intelectual, amigable, aunque propenso a las bebidas alcohólicas.
San Suu Kyi, quien ha estado convicta 13 años, será sometida a juicio el lunes y podría ser sentenciada a cinco años más de prisión. Su arresto domiciliario habría terminado el 27 de mayo, aunque la junta militar de Myanmar prolongó el castigo un año, pocos días antes de vencer su pena anterior.