South Bend, Estados Unidos, 17 de mayo. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió este domingo a los que están en favor y en contra del aborto que entablen un debate sin prejuicios, en medio de la ola de protestas que generó una invitación para que hablara en una importante universidad católica de su país.

La decisión de la prestigiosa Universidad de Notre Dame, en Indiana, de otorgar un grado honorario a Obama e invitarlo a ofrecer el discurso principal en la ceremonia de graduación generó varios días de protestas.

Pero el discurso del mandatario arrancó más bien aplausos y hasta ovaciones.

Los que dicen que el apoyo de Obama al derecho al aborto viola la doctrina de la Iglesia católica querían que la universidad retirara su invitación, a lo que la institución se negó.

En medio de algunas interrupciones, Obama dijo que reconoce las fuertes emociones que genera el debate sobre el aborto, pero que alentaba a ambos bandos a alcanzar un punto en común, como evitar los embarazos no deseados.

No sugiero que el debate en torno al aborto debe o debería desaparecer, dijo Obama. Cada lado seguirá sosteniendo su postura ante el público con pasión y convicción. Pero desde luego que podemos hacerlo sin caricaturizar a aquellos que tienen un punto de vista diferente, agregó.

Trabajemos juntos para reducir el número de mujeres que buscan abortar. Reduzcamos los embarazos no deseados. Hagamos que la adopción sea más accesible. Proveamos cuidado y apoyo a las mujeres que tienen a sus niños, afirmó Obama ante unos 12 mil congregados en una gigantesca instalación deportiva.

Si bien su discurso generó ovaciones, el presidente fue interrumpido en varias ocasiones por los manifestantes, incluido uno que gritó: ¡el aborto es asesinato! y fue abucheado por el auditorio.

En la entrada del recinto, cientos de manifestantes protestaron con pancartas en que se leía: Notre Dame apoya la violencia.

Unos 22 manifestantes que atravesaron el perímetro fijado por la policía, fueron arrestados, de acuerdo con fuentes policiales.

La religión católica es practicada por casi una cuarta parte de la población estadunidense.