Critica la falta de participación ciudadana para eliminar la hipocresía
por medio del voto
imposiciónde candidatosFoto Víctor Camacho
Lunes 18 de mayo de 2009, p. 8
Ante la serie de revelaciones del pasado reciente de algunos políticos mexicanos implicados en actos de corrupción
, la Arquidiócesis de México cuestionó la falta de participación ciudadana para rechazar por medio de las urnas la hipocresía y la demagogia de quienes son exhibidos una y otra vez en sus intrigas y traiciones llevadas a cabo detrás del poder
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En el editorial de su semanario Desde la Fe, destaca que en la información recientemente ventilada sobre actos de corrupción política y económica
de presidentes y familiares de los mismos, no hay ninguna novedad
en lo que se publica o afirma en entrevistas, “pues en realidad se trata de datos de todos conocidos.
“Lo único nuevo es que, a la distancia de los años, algunos implicados en primera línea hablan como testigos de lo que era, no un secreto a voces, sino una evidencia a plena luz del sol. Todo este pasado de corrupción, intrigas e impunidad ya lo conocemos… Lo que debe preocuparnos es nuestro presente y futuro: ¿dónde está la nueva clase política propia de los nuevos tiempos democráticos?, ¿dónde la participación ciudadana para rechazar en las urnas, de una vez por todas, a quienes tanto daño han hecho a esta sociedad con sus prácticas de corrupción y fraude?”
¿Hasta cuándo se permitirán hipocresía y demagogia?
¿Hasta cuándo seguirá la sociedad mexicana permitiendo la hipocresía y la demagogia de quienes son exhibidos una y otra vez en sus intrigas y traiciones detrás del poder?
, preguntó la Iglesia.
En el editorial del semanario católico titulado ¿Y la ética dónde está?
, expone que en medio de este ruido y de esta polvareda sobre asuntos tan antiguos y tan nuevos, debemos preguntarnos como sociedad: ¿en todo esto, dónde hemos dejado la ética? Un pueblo con principios, valores e ideas no puede seguir construyendo su futuro sobre las mismas arenas movedizas; necesitamos una mayor exigencia y compromiso, y no sólo lamentaciones por un pasado oscuro. En estos tiempos de democracia necesitamos de una ciudadanía más comprometida, veraz y participativa
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