Martes 19 de mayo de 2009, p. 27
Algunos indicadores publicados hace poco animaron la esperanza de que lo peor para la economía estadunidense ha concluido, y que la recuperación podría ser inminente. Para empezar, la aguda caída de inventarios eleva la expectativa de que los pedidos industriales repuntarán pronto. La proporción de inventarios totales de las empresas (industriales, mayoristas y minoristas) respecto de las ventas no ha sobrepasado el pico de la recesión 2001/02, y la proporción descendió de manera considerable en febrero.
Los registros de vehículos se elevaron en marzo, así como las solicitudes de préstamos hipotecarios para casas nuevas (aunque la mayoría para subrogación de hipotecas). Fannie Mae, la hipotecaria administrada por el gobierno, refinanció 77 mil millones de dólares de hipotecas en marzo. La tasa promedio de intereses para hipotecas a 30 años, calculada por Freddie Mac, registró un nuevo récord a la baja de 4.78% durante la primera semana de abril, de casi 6% el año anterior y 5% en enero. El Departamento del Tesoro divulgó que los 21 principales bancos que recibieron ayuda gubernamental incrementaron sus hipotecas residenciales aseguradas a una tasa promedio de 35% en febrero, y los refinanciamientos hipotecarios a 42%.
Sin embargo, ciertos indicadores que avivaron el optimismo, como las ventas al menudeo, con resultados relativamente sólidos en febrero, han invertido sus utilidades en marzo. Además, un buen número de indicadores siguen mostrando debilidad, aunque la contracción parezca disminuir. El índice de manufacturas de Instituto de Gestión de la Oferta (ISM, por sus siglas en inglés), indicador concurrente altamente respetado, se ha elevado de manera consistente de 32.9 en enero, a 36.3 en marzo. La cifra más reciente está aún por abajo del nivel de equilibrio de 50, lo que indica una contracción persistente, pero a un ritmo menor. El índice de servicios ISM descendió aún más, lo que sugiere un incremento del ritmo de la contracción.
En conclusión, parece que por ahora la economía estadunidense ya no se colapsa de manera precipitada, sino que se recupera a ritmo lento. Mientras tanto, el índice de desempleo se elevó a 8.5% en marzo, de 8.1% en febrero, con lo que alcanzó su mayor nivel en 25 años.
Las opiniones sobre la recuperación son también muy divergentes. La encuesta del Consenso Económico de abril mostró que los pronósticos sobre el crecimiento de PIB para 2010 varían de -0.2% a 3.5%. El análisis del FMI publicado hace poco sugiere que la recuperación, luego de declives económicos sincronizados, será lenta porque los países no pueden salir por sí solos de la desaceleración económica. Asimismo, después de una crisis bancaria las recesiones tienden a durar más, ya que los excesos crediticios anteriores requieren más tiempo para ser absorbidos. Y ciertamente no puede pensarse en que el boyante crecimiento presenciado durante los años anteriores a 2007 pudiera ocurrir de nuevo.
Una seria preocupación por la economía se deriva del brote de influenza A/H1N1 en México, que se ha extendido a EU y otros países. En México, según cifras de la OMS al 18 de mayo, 66 personas han muerto de influenza humana desde el inicio del brote. Estados Unidos reporta 4 mil 714 personas contagiadas y seis decesos. El gobierno estadunidense emitió a finales de abril una declaración de emergencia de salud.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya