El presidente de la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto (Conacca), Alfredo Neme Martínez, señaló que en los cuatro años recientes se perpetraron en el país 200 casos de secuestro contra comerciantes mayoristas o sus familiares, de los cuales 60 murieron a manos de sus captores, aun cuando se cubrió el pago del rescate. Afirmó que los focos rojos se ubican en Ciudad Juárez, Tijuana y la ciudad de México.

Los diversos modus operandi de estas bandas, que usan motes como Los Diableros o se hacen pasar por mafias bien organizadas como Los Zetas o La Familia, van desde el secuestro en la bodega de la víctima hasta la ubicación de ésta saliendo de su domicilio, trabajo o una institución bancaria; mutilación o violación; y su asesinato tras una larga agonía.

Ello ha obligado a la contratación de un sistema inteligente de vigilancia, la compra de alarmas silenciosas y cámaras de seguridad, y el control en las entradas y salidas de los mercados por los 90 mil comerciantes mayoristas, con una inversión mensual de 45 millones de pesos, para proteger su integridad y la de su familia, y resguardar su patrimonio, indicó.

Hasta el momento, argumentó Cecilia González Guzmán, comisionada de seguridad patrimonial y justicia de la Conacca, hemos logrado algunos avances, pero no los suficientes para detener esta ola de violencia, que ha crecido de un año y medio a la fecha, principalmente en Ciudad Juárez, Chihuahua, y Tijuana, Baja California, así como el Distrito Federal, Michoacán, Jalisco, Coahuila, estado de México y Durango, lo que ha impactado en la reducción en la afluencia de compradores.

En conferencia de prensa, Neme Martínez precisó que sólo en la Central de Abasto (Ceda) de la ciudad de México una tercera parte de sus clientes, alrededor de 100 mil, han dejado de acudir a realizar sus compras, por la inseguridad en sus instalaciones. A ello se suma la cancelación o postergación de nuevas inversiones, el abandono de bodegas y el cambio de giro, pues abarrotes, semillas y lácteos son los que más robos sufren, mientras 15 por ciento de los 200 secuestros documentados han sido en el área de pescados y mariscos.

Explicó que la concentración en la Ceda de una tercera parte de las transacciones comerciales que se realizan en México –por 500 mil millones de pesos anuales– y de los mayoristas más importantes del sector la han convertido en uno de los principales destinos de la delincuencia organizada, que ha diversificado su actividad delictiva en extorsión telefónica, asalto con violencia a bodegas y comerciantes, robo de transporte, mercancía y autopartes, y cobro de peaje.

Mencionó que, con base en los datos proporcionados por sus representados y las denuncias interpuestas por los familiares de las víctimas ante las autoridades correspondientes, se ha detectado que en 80 por ciento de los casos de secuestro existe la participación de un familiar, un trabajador, un conocido o un elemento de seguridad contratado para vigilar determinado centro de abasto, pero los resultados de las investigaciones a la fecha son nulos.