La picadura de alacrán representa un problema de salud pública, que cada año afecta a unas 250 mil personas en México, y que pone en riesgo la vida cuando la persona no es atendida con oportunidad, principalmente los niños. Desde 1996 existe un medicamento faboterápico, patentado por un laboratorio mexicano y el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cual comenzó el trámite de registro ante la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, y de ser aprobado, sería el primer fármaco latinoamericano de este tipo que se comercializará en ese país.

Esta semana New England Journal of Medicine divulgó los resultados de una investigación, con los cuales se garantiza la seguridad y eficacia del producto Alacramyn. La publicación, además, forma parte del proceso de registro ante las autoridades estadunidenses.

Jorge Paniagua, director de investigación y desarrollo del Instituto Bioclón, aseguró que en Estados Unidos no existe un tratamiento eficaz para revertir la afectación que causa el veneno del alacrán en el organismo. Los médicos recurren a la sedación de los pacientes, principalmente niños, y a las unidades de terapia intensiva, para esperar –en ocasiones varios días– a que pasen los efectos de la picadura.

Efectividad

En cambio, en México se utiliza desde 1996, el faboterápico (antiveneno) desarrollado en forma conjunta por los institutos Bioclón y de Biotecnología de la UNAM. Ambos organismos son poseedores de la patente en el país, Estados Unidos y otras naciones. El mecanismo de acción del producto que se administra vía intravenosa, consiste en neutralizar el veneno y eliminarlo del organismo en forma rápida y segura, indicó el especialista.

Aunque el veneno del alacrán no ocasiona daños permanentes, sí produce intoxicación aguda sobre el sistema nervioso central. Bloquea la actividad celular y funciones vitales, lo que ocasiona un paro respiratorio.

En el caso de los niños, por su constitución física, se incrementa el riesgo de que existan complicaciones y se ponga en riesgo la vida. Sin embargo, dijo que una vez aplicado el medicamento, la recuperación del individuo se logra en cuatro horas, en promedio.

Paniagua destacó que Alacramyn es el primer producto mexicano de este tipo, que es evaluado por la FDA, aunque confió en que obtendrá la autorización para venderse en Estados Unidos. Un factor favorable es que las especies de alacrán que hay en México son las mismas que se encuentran en Arizona, estado donde se concentra el problema de alacranes en ese país.

En México, el fenómeno se localiza en la mayoría de las entidades de la zona del Pacífico y el centro de la República y por la disponibilidad del antiveneno, prácticamente se ha eliminado el riesgo de muerte, señaló Paniagua.