l tiempo va dando la razón al maestro Sergio Vela. Eso dicen los especialistas en relaciones internacionales al analizar el frustrado proyecto del ex titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de unir a México y Chile por medio de la ópera. Nada mejor que el bel canto para borrar kilómetros y reforzar lazos culturales. Y mucho más si el seleccionado para lograrlo era el Teatro Municipal de Santiago, conjunto a la altura de la Scala, la Ópera de París, el Metropolitan y el teatro Real de Tizimín. Por eso lamentan en Relaciones Exteriores no haber dispuesto de los 25 millones de pesos que costaba traer a los 170 músicos y actores santiagueños para deleitar con La Bohéme al pautado público del Valle de Anáhuac y en un sitio sin par: el Auditorio Nacional. También se perdió otra herencia (la primera es la musical) que, luego de las cuatro funciones programadas, dejaría el grupo chileno: el vestuario y la decoración.

Pero a su vez, Chile perdió algo de lo que no se habla, quizá por la humildad con que se conduce su protagonista: Sergio Vela dirigiendo ópera en el Teatro Municipal de Santiago. De esa sencillez habla su tío, el ex legislador priísta y hoy abogado de Televisión Azteca, Salvador Rocha Díaz: No es un hombre dispendioso (Sergio), otra cosa es que esté acostumbrado al lujo. Ha sido educado dándose una buena vida, es cierto, y su cotidianidad está relacionada con un costo de vida alto. Lo que podría explicar los 800 mil pesos que se gastó en viajes en 2007.

Y hablando de ópera, la sequía de México en esta rama del bel canto llegó a su fin gracias a la compositora Lorena Tassinari. Ella piensa realizar una película y una ópera que llevarán por título Kin-Azkán (Fuego Nuevo, en maya antiguo). Kin-Azkán será una deidad enviada por los dioses para restaurar los templos sagrados, explicó la compositora. Una suerte de superhéroe dedicado a la paleoarquitectura. Se trata de la primera ópera maya de la historia. El dios Kin-Azkán, explica la maestra Tassinari, se hace hombre a raíz de una bola de fuego. Lo envían otros dioses para encontrar una fusión de culturas. La película será otra cosa, una historia de amor en la que una diosa maya, Xaxil, es tentada simbólicamente por los dioses malignos, cuando tiene un encuentro con un español, Antonio de Urzúa.

Seguramente Lorena obtendrá el dinero necesario para sus dos proyectos, máxime que los quiere llevar a cabo “con la mística de El Señor de los Anillos” y llevando en los estelares a Plácido Domingo y Antonio Banderas. Ayer se rumoró que la película la patrocinaría el gobierno del estado de México, si en ella participa Lucerito, emblema de trabajo de dicha entidad, y se hacen referencias explícitas al gobernador mexiquense, rencarnación, según su equipo de trabajo, de Chac Mol, Kukulkán y el dios Cauich.