En plena campaña electoral, el presidente Felipe Calderón anunció que todas las mujeres embarazadas podrán acudir indistintamente a las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), o de la Secretaría de Salud (Ssa) para recibir atención médica, pero en la primera etapa sólo podrán hacerlo las que vivan en los nueve estados con mayor índice de mortalidad materna.

Sin establecer objetivos concretos en función de las metas del milenio que las autoridades de la Ssa han reconocido en diversas ocasiones que no se van a cumplir, Calderón explicó ayer que en 2008 murieron 54 mujeres por cada mil nacidos vivos, lo que aún está lejos de la meta comprometida con la Organización de las Naciones Unidas de 22 defunciones para 2015.

Ante decenas de mujeres embarazadas que fueron invitadas a la presentación de la Estrategia Nacional para Disminuir la Mortalidad Materna, explicó que en la primera fase participarán las entidades donde se concentran más casos de mortalidad materna: Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Chihuahua, Puebla, Nayarit, estado de México y Distrito Federal, sin embargo, no aclaró cuándo se incluirá a otras entidades.

Acompañado de los presidentes de las cámaras de Diputados y Senadores, César Duarte, del PRI, y Gustavo Madero, del PAN, respectivamente, así como de integrantes de su gabinete, señaló que el propósito del gobierno es acercar al país al cumplimiento de las Metas del Milenio más difíciles, cómo lograr la reducción de la mortalidad materna.

Así, reconoció que francamente, categóricamente, dijimos que no se iba a cumplir la meta de reducir en 75 por ciento la mortalidad materna, pero añadió que ha habido avances, ya que hasta mayo de este año un poco más de 300 mujeres han fallecido, que todavía es muy alto, pero ya es 16 por ciento menor al que a estas fechas teníamos el año pasado.

Reconoció que la mortalidad materna es uno de los rostros más amargos de la pobreza e indicadores de injusticia social y de inequidad de género en México. Incluso, refirió que 20 por ciento de los casos de mortalidad materna en nuestro país se registran en la zona metropolitana del valle de México.

Amparo Fuentes Oviedo, oradora en la ceremonia, refirió que en su primer embarazo tuvo que recorrer varios nosocomios en esta zona, no obstante que vive en una ciudad donde hay hospitales especializados y que no hay problema de falta de carreteras o dificultades que realmente tienen otros lugares con áreas más pobres y alejadas.

En la conmemoración del Día Internacional de la Salud de la Mujer, Calderón puso en marcha esta estrategia para acercar al país al cumplimiento de la meta del año 2012 de disminuir el número de muertes maternas.

Para ello, ofreció que las madres de familia, aún cuando no cuenten con seguridad social, recibirán la atención que necesitan durante el embarazo, el alumbramiento y el periodo de recuperación después del parto, para que no haya barreras geográficas, económicas o de derechohabiencia que impidan el acceso de las mujeres a estos servicios médicos

En segundo lugar, afirmó que van a asegurar la atención universal de las embarazadas durante las emergencias médicas, por lo que la Ssa, el IMSS y el ISSSTE suscribieron un convenio para evitar que las mujeres en estado de gestación sean rechazadas en las clínicas públicas.

Ofreció así que las unidades médicas tendrán capacidad para resolver cualquier problema que se presente las 24 horas de los 365 días del año.

Además, prometió que el gobierno federal promoverá una cultura de la prevención de riesgos y del autocuidado de la salud entre las embarazadas, sus familiares y la comunidad.

Consideró que el tema de las muertes maternas es muy significativo en las familias y recordó que en la suya lo fue, ya que una de sus abuelas murió al dar a luz. Y a querer o no, siempre ese tema estaba presente. El hecho mismo de que nadie hubiera conocido a la abuela o de que se hubiera desarrollado en uno de los padres una infancia sin la protección de una mamá, en fin. Son temas muy, muy importantes.

En ese sentido, consideró que no hay mayor drama en la vida de una familia que la pérdida de un ser querido, y más cuando quien fallece es la mamá, que es prácticamente el eje del hogar y de la casa; el soporte sicológico, afectivo, anímico y muchas veces económico, además de social, de la familia.