Por primera vez juntos, el joven director de orquesta y el violinista ofrecerán dos conciertos
Estudiantes venezolanos asistieron hipnotizados al ensayo general de la sinfónica Simón Bolívar
Viernes 5 de junio de 2009, p. 4
Caracas, 4 de junio. Los ojos de William están fijos en la batuta de Gustavo Dudamel y sus manos imitan torpemente los expertos gestos del maestro durante una particular lección de música que este niño de 10 años y otros centenares más recibieron este miércoles del joven director venezolano.
Dudamel e Itzhak Perlman, este último considerado uno de los violinistas más relevantes a escala mundial, ofrecerán, juntos por primera vez y acompañados de la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, dos conciertos históricos en Caracas.
Antes de que se levante el telón, centenares de niños que pertenecen al programa social de orquestas infantiles y juveniles de Venezuela, en el que se formó Dudamel, asistieron hipnotizados al último ensayo general de los músicos en el teatro Teresa Carreño, de Caracas.
Llevo siete años tocando el violín. En clase escuchamos discos de Perlman y un día, cuando sea mayor, me encantaría que Dudamel me dirigiera
, afirma Teresa, alumna de 11 años de una orquesta infantil de Caracas.
Dudamel es nuestro ejemplo, la prueba de que se puede llegar a ser un gran músico en Venezuela
, corrobora Javier, de 15 años, quien toca la viola en otra orquesta juvenil.
Dudamel parece un joven más de la orquesta Simón Bolívar, pero cuando las notas comienzan a sonar, el músico se transforma. Salta, gira, hace muecas, tararea, se retuerce como electrificado al ritmo de las notas y su presencia llena el escenario.
Vamos, muchachos, aquí hemos llegado tarde. Arrancamos juntos, terminamos juntos
, Sin golpear la segunda nota. Suaaaave
, En eso consisten los detalles, ¿ven cómo sí pueden?
, Esto es una cuestión de actitud
, Un poquito más de tensión, xatata xatataratata. ¡No corran!
, corrige Dudamel una y otra vez a los atrilistas.
Stradivarius de 1714
Dudamel, de 28 años, ganador de numerosos premios y actualmente director de la Filarmónica de Los Ángeles, se esfuerza por transmitir a los músicos de esta orquesta, algunos menores de 20 años, una particular forma de sentir y expresar la música que convierte la séptima sinfonía de Beethoven en algo mágico.
Los niños reciben con una ovación a Itzhak Perlman, quien a los cuatro años de edad sufrió de poliomielitis. Este músico nacido en Israel, en 1945, ha tocado con las mejores orquestas del mundo.
Sentado y con su Stradivarius 1714 en la mano, este violinista es escuchado con veneración por los jóvenes integrantes de la orquesta Simón Bolívar.