Kabul, 7 de junio. La violencia en Afganistán dejó en las últimas 24 horas al menos 36 muertos en varios atentados y enfrentamientos entre los insurgentes talibanes y las fuerzas afganas y de ocupación.

En el también invadido Irak, fueron arrestados cinco contratistas estadunidenses vinculados con el asesinato de un empresario texano, el mes pasado, según fuentes oficiales.

El jefe de policía del distrito de Sarruza, en la suroriental provincia afgana de Paktika, falleció cuando una bomba colocada en la carretera estalló al paso de su vehículo y después fue blanco del fuego de los talibanes.

En la provincia de Zabul, también al sur de la nación asiática, más de 20 presuntos rebeldes murieron en una operación conjunta de las fuerzas afganas y de la Fuerza de Asistencia a la Seguridad (ISAF), informó el jefe de la policía provincial, Abdul Rahman Sarjang.

Mientras, en la provincia noroccidental de Faryab, los talibanes atacaron una comisaría policial. Cuatro agentes murieron y uno resultó herido.

El sábado, las fuerzas afganas y de la ISAF, abatieron a nueve talibanes en la provincia de Jost.

Durante la operación perdieron la vida dos guardias de seguridad afganos, indicó la ISAF.

Los talibanes que gobernaban Afganistán, fueron derrocados al amparo de la invasión de Estados Unidos, en noviembre de 2001, en respuesta al apoyo brindado a Osama Bin Laden y su red Al Qaeda, tras los ataques contra Washington y Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.

En Irak, otra nación invadida por Estados Unidos en la región desde 2003, las fuerzas iraquí- es detuvieron a cinco contratistas de seguridad estadunidenses en conexión con la muerte el mes pasado del empresario texano James Kitterman en la Zona Verde de Bagdad.

Los cinco hombres podrían convertirse en los primeros estadunidenses en enfrentar a la justicia iraquí desde la entrada en vigencia de un pacto bilateral de seguridad en enero, bajo el cual los contratistas extranjeros están sujetos a la ley local.