Hasta el pasado 4 de junio, Víctor Ugalde fungía como secretario ejecutivo del Fidecine (uno de los fideicomiso que tiene el Instituto Mexicano de Cinematografía, Imcine), el cual, desde su creación –en 2002– a la fecha, ha producido 106 filmes, muchos exitosos comercialmente, sin embargo, renunció.

Las razones: por presiones y por el entorpecimiento burocrático que provocan funcionarios de la Secretaría de Hacienda en la producción de proyectos de cine nacional, comenta en entrevista.

Ugalde, guionista, director y promotor coadyuvante en el lanzamiento de tres fideicomisos estatales para producción cinematográfica (en Nuevo León, Jalisco y Distrito Federal), se va del cargo saturado de tanta burocracia de Hacienda, por las medidas que recientemente ha creado para la operación del Fidecine. Si no es Lourdes Sánchez (quien propuso esos nuevos lineamientos de operación), representante de Hacienda en el Fidecine, es Juan Manuel Pérez Porrúa, jefe de la unidad de política de ingresos. El problema es que los funcionarios de Hacienda, o son muy obtusos.

Ugalde ejemplifica la nueva burocracia: “antes, cuando presentabas un proyecto debías tener cierta cantidad (el Fidecine apoya hasta con 49 por ciento el total del proyecto), si no lo conseguías con los productores que tenías contemplados, lo obtenías con sustitutos y no pasaba nada. Pues ahora, con las nueva reglas, todo el proceso tiene que presentarse ante el comité técnico, que se reúne cada tres meses; entonces, para cuando se vuelve a autorizar el proyecto ya se fueron el reparto, el clima y las condiciones…”

Taquilleras y reconocidas

Otra de las intenciones que pretendía aplicar Hacienda en el Fidecine, y que al final no pasó, era incluir a una mayoría de funcionarios en el comité. “Entre ésas nos propusieron 20 mil. Fue un desgaste de meses con pretensiones absurdas, y todo esto lo propuso Hacienda, apoyada por la Secretaría de la Función Pública.

En las sesiones de comité, la representante de Hacienda asistió a una de las cuatro reuniones anuales que hace el comité técnico. No entienden que en el cine se dan problemas para acabar una película, que se cambian sujetos de apoyo.

Entre esos 106 filmes que produjo este fideicomiso se cuentan proyectos a los que no sólo les fue bien en taquilla, como Arráncame la vida, Km. 31, Malos hábitos, Una película de huevos o La misma luna, sino otros que tuvieron reconocimiento internacional en festivales como el de Cannes o el de Berlín, por ejemplo El violín o Temporada de patos.

En esa cantidad de películas, el Estado gastó, según datos del Fidecine, 626 millones 590 mil 961 pesos; los inversionistas privados (IP) mil 356 millones 802 mil 376 pesos, para un ingreso en taquilla de 2 mil 169 millones 677 mil 324.

Para Ugalde, hay una falta de cumplimiento de la palabra del Presidente de la República, quien en diferentes momentos se ha comprometido con la comunidad; eso es lo más importante y más grave. Todo esto tendrá un efecto que se verá en la actividad cinematográfica en 2009, una merma que no quisiera que ocurriera.

Víctor Ugalde deja un fideicomiso exitoso, democrático, en el que la sociedad civil y el gobierno toman las decisiones. Dejamos un fondo catalogado como el número uno del país, según un reconocimiento del Centro de Contraloría Social y Estudios de la Construcción Democrática, y del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social, en su investigación sobre la inclusión y participación de las Organizaciones de la Sociedad Civil en Instancias Públicas de Deliberación existentes en la Administración Pública Federal en 2008.

En el Fidecine hay una calificación democrática e incluyente. Algunas cintas son exitosas, otras no, pero con 30 por ciento de las películas apoyadas por nuestro fideicomiso se ha recuperado 60 por ciento de la taquilla.

Ugalde, quien dice que “estuvo detrás de un escritorio tratando a los cineastas como quisiera que me trataran. Procuré que Fidecine no pareciera dependencia del gobierno. Mi obligación nunca fue entorpecer un rodaje, porque sabía lo que costaba.

Además, tuve interlocución con agentes de la política a los que les explicábamos los grandes beneficios que significaba apoyar a este sector de la industria cultural; todos lo entendieron menos Hacienda, con su mentalidad reduccionista.

Nuevo nombramiento

El artículo octavo del contrato de constitución de ese fideicomiso, autorizado por Hacienda, dicta que el ocupante del puesto de secretario ejecutivo debe ser una persona de reconocida trayectoria, experiencia y conocimiento de la industria del cine nacional. En tanto, Ugalde espera que nombren a una gente de cine, porque si no, se puede convertir en un estorbo más, en un funcionario más.

Finalmente, ayer el Imcine dio a conocer que Danuta de la Garza fue designada por la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, como nueva secretaria ejecutiva del Fidecine.