Cultura
Ver día anteriorDomingo 14 de junio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Hoy concluye semana cultural sobre el inicio del exilio español

Veracruz rinde homenaje a 40 sobrevivientes del Sinaia

Participaron en la ceremonia el gobernador Fidel Herrera, Cuauhtémoc Cárdenas y el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont

Especial
Periódico La Jornada
Domingo 14 de junio de 2009, p. 4

Veracruz, Ver., 13 de junio. Embargados por alegría y nostalgia de recuerdos y el rencuentro, 40 sobrevivientes del viaje en el barco Sinaia, considerado emblemático del exilio español en México, festejaron aquí con sus familias al país al que no vieron como la tumba de los padres, sino la cuna para sus hijos.

Esto lo dijo Claudio Esteva Fabregat, doctor en Antropología del Colegio de Jalisco, quien tiene 90 años y fue elegido para hablar en nombre de sus compañeros de travesía, durante la ceremonia municipal en la que los declararon huéspedes distinguidos de esta ciudad portuaria, que los recibió hoy igual que aquel 13 de junio de hace 70 años.

Hoy domingo culmina la Semana Cultural España-México: Veracruz, puerta de la libertad, que organizó, con escasa difusión al público, el Instituto Veracruzano de Cultura, algunas firmas comerciales y el apoyo de la embajada de España en México y Cuba.

Los exiliados y sus familiares, que rebasaron más del centenar, se reunieron en el salón de cabildos del ayuntamiento porteño, el cual fue insuficiente y les hizo padecer la temperatura de más de 46 grados a la sombra, que se vive por estos días en Veracruz. De manos del gobernador Fidel Herrera recibieron diplomas y escucharon al embajador, Carmelo Angulo, hacer la remembranza histórica del exilio. Entre los presentes se encontraba el actor Germán Robles.

Después, a pie, recorrieron trabajosamente la amplia y desértica plancha de concreto de la Plaza de la República, a un costado del Palacio Municipal, para asistir a la ceremonia que tuvo como invitado al ingeniero Cuahtémoc Cárdenas Solórzano y al secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont; vinculados, ambos, con el exilio español por diferentes historias políticas y familiares.

Cuauhtémoc Cárdenas dirigió un mensaje que contuvo algunos apuntes de su padre, el general Lázaro Cárdenas, cuando, en su encargo de Presidente de México, apoyó el ingreso masivo de migrantes españoles afectados por la Guerra Civil. Destacó que no sólo artistas e intelectuales llegaron a México –Pedro Garfias, Tomás Segovia, Ramón Xirau, José Gaos, Adolfo Sánchez; entre otros–, sino un conglomerado de personas de oficios varios –mineros, artesanos, comerciantes, albañiles, maestros y médicos–, que también enriquecieron a este país, y hoy permanecen en el recuerdo de sus familias.

Recordó también el arribo, en 1937, de otro barco a esta ciudad, con casi 500 pequeños, que después serían conocidos como los niños de Morelia, quienes fueron enviados por la República Española y recibidos por una delegación que encabezó doña Amalia Solórzano.

El ingeniero Cárdenas dijo: En este puerto jarocho empezó la integración y la mexicanización de los exiliados que llegaron, y al mismo tiempo no llegaron, a tierra extraña. El exilio que se pensó temporal, se hizo permanente; había la ilusión de un pronto regreso, pero la Guerra Mundial primero, y al llegar la paz, la mala conciencia de las nuevas grandes potencias, que les provocaba el abandono de la República ante la agresión nazi-fascista, así como la exoneración del régimen franquista por sus innumerables crímenes, que eso representó ante la conciencia del mundo la admisión de España, de Franco, a la Organización de las Naciones Unidas, después, borraron la temporalidad y afirmaron la permanencia de los exilios republicanos.

En su intervención, Fernando Gómez Mont, titular de Gobernación, afirmó: Hoy conmemoramos 70 años del exilio español, por este motivo nos reunimos en una suerte de festejo; enfocamos nuestra atención en el esplendor cultural y artístico que la sinergia de culturas representó. Exaltamos el aspecto humanitario de abrir las puertas a quienes huían de la represión. Hablamos de afinidad y reconocimiento cultural y es pertinente que así lo hagamos, porque es importante reconocer que la inmigración española significó una inyección de vida al espíritu artístico de México.