Al poeta Francisco Hernández (San Andrés Tuxtla, 1946) le gusta imaginar, jugar a atrapar fantasmas, realizar viajes, recorrer metáforas alucinantes, todo con un solo fin: escribir versos.

Así es como ha dado a luz poemarios esplendorosos que le han valido premios, como el Aguscalientes, el Xavier Villaurrutia, el Jaime Sabines y el Iberoamericano Ramón López Velarde.

Pero el principal reconocimiento, asegura, es cuando logra sintonizar la música de su poesía con el ánimo de un lector.

Ahora, gracias a una beca de la Fundación para las Letras Mexicanas, pudo descubrir un archipiélago donde los fantasmas que pueblan el alma humana encarnan fuerzas de la naturaleza y se vuelven faunas fabulosas.

Ese gozoso periplo por la palabra está plasmado en La isla de las breves ausencias (Almadía) y en poemas como éste: Escribir no es búsqueda./ Es impertinencia o la invención de un mapa/ o simplemente el impulso/ de una mente compleja/ por desconectarse lo más pronto posible/ de los días que lentamente proliferan.

En entrevista con La Jornada el poeta consideró que los tiempos actuales para la poesía son cada vez más difíciles, “por las dificultades para editar, pero también por el desinterés que existe en general hacia las artes.

“Hay quienes colocan a la poesía en lo cursi, lo improductivo; inclusive en terrenos de lo exclusivamente femenino, o dicen que es una actividad que sólo puede desarrollarse hasta cierta edad porque después es una pérdida de tiempo.

“Si los jóvenes piensan en la ausencia de futuro también afirman ‘para qué voy a perder mi tiempo leyendo versitos’. Se les dice que de la poesía no se puede sacar nada, que se pongan a estudiar, que hagan algo de provecho. Es una forma de ver la vida actualmente. Sin embargo, la poesía está ahí y estará ahí aunque no se escriba, aparecerá donde la veas, donde la sueñes.

Porque si andas por el mundo sin poesía sientes como que algo te falta, por eso a veces uno llega a un concierto o un museo y casi sin darse cuenta recibe esa dosis de poesía que hace falta para vivir.

Nuevo poemario en preparación

Francisco Hernández reconoció el esfuerzo que hacen las revistas y editoriales por difundir la poesía, creo que hay muchas opciones, de frontera a frontera, no obstante lo caro que resulta ahora publicar un libro. Además, están las becas y los concursos que, aunque algunos digan que no sirven para nada o son superfluos, constituyen un gran apoyo para los poetas.

El escritor ha imaginado las cartas y poemas que pudieron haber escrito Robert Schumann, Friedrich Hölderlin, Georg Trakl o Charles B. White. Después de este trabajo, en el que esboza una suerte de diario secreto de Robinson Crusoe, prepara un nuevo poemario a partir de imaginar qué pensaban diversos artistas, como Picasso, Rembrandt o Durero a la hora de hacer un autorretrato.

Respecto de su forma de trabajar, Hernández comparte su secreto: Al poema hay que buscarlo día a día, no quedarse en estado contemplativo esperando a la musa, hay que ir tras él en la música, en la lectura, en la escritura, por ejemplo, de un diario, para que, como si fuera un deportista, nunca estar fuera de forma y cuando el verso aparezca perseguirlo, atraparlo y no dejarlo ir.

La isla de las breves ausencias, de Francisco Hernández, se presentará este viernes a las 19 horas en la Casa del Poeta (Álvaro Obregón 73, colonia Roma).