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El conflicto se dirimirá ante la Secretaría de Gobernación

Católicos obligan a clausurar construcción de un templo evangélico en Ixmiquilpan
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de junio de 2009, p. 36

Ixmiquilpan, Hgo., 16 de junio. Autoridades locales clausuraron la construcción de un templo evangélico en la cercana comunidad indígena de San Nicolás. Dijeron a los congregantes que su culto está prohibido y los instaron a subordinarse o sufrir las consecuencias.

A su vez, la Iglesia Cristiana Independiente Pentecostés Bethel buscó un arreglo con la mayoría católica por vía del diálogo, pero fracasó, y ahora el conflicto se dirime ante la Secretaría de Gobernación, dijo el pastor evangélico Anastasio Ortiz Ramírez.

Desde el 23 de mayo pasado, indicó, unas 15 personas bajo el mando del delegado municipal en San Nicolás, Claudio Contreras Simón, clausuraron la obra con pegotes carentes de sello oficial y pintaron la leyenda: Ésta es propiedad del pueblo.

El templo ya funcionaba pero, según el oficio entregado por las autoridades, no tiene permiso de la comunidad ni del municipio.

En el mismo documento se dice a los edificadores que el propósito de la clausura es instalar una mesa de diálogo con los tres niveles de gobierno para ver posibles soluciones y alternativas; y se les advierte de otras medidas en caso de reanudar la obra.

Pero según Ortiz Ramírez, el diálogo y las mesas de trabajo con autoridades locales y estatales son encerronas y nada más, pues los católicos rechazan la libertad religiosa, y la solución de la crisis finalmente quedó en manos de Gobernación.

El grupo evangélico cumple las faenas, aporta para el bien común y observa los compromisos comunitarios, pero aun así vive amenazado pues el malestar católico se debe a que no participamos en las festividades de San Nicolás Tolentino, denunció.

Junto con vecinos y congregantes, el pastor indígena mostró la construcción suspendida y luego se dirigió a la casa donde la señora Otilia Corona Chávez fue sepultada en un patio, tras fallecer el pasado 12 de diciembre sin que sus familiares pudieran inhumarla en el panteón local, pues la mayoría católica se lo impidió con aval de las autoridades.

En esta comunidad de unos 5 mil habitantes apenas 250 son evangélicos, y el conflicto empezó hace casi tres décadas, cuando jóvenes y adultos emigraron a Estados Unidos y volvieron con nuevas ideas. Dejaron de beber y fumar e hicieron más vida familiar, pero abandonaron las fiestas católicas.

No obstante, la mayoría rehúsa coexistir, y el conflicto se repite ahora en la vecina comunidad de Granaditas, donde seis familias evangélicas fueron privadas de agua y luz, en otra crisis que también desatienden las autoridades locales y estatales.