Lima, 17 de junio. El primer ministro peruano, Yehude Simon, presentó hoy ante el Congreso un proyecto de ley para que sean derogados dos polémicos decretos sobre explotación e inversión extranjera en la Amazonia, que eran rechazados por los indígenas y desencadenaron las peores protestas contra el presidente Alan García.

La derogación de los decretos fue acordada el lunes en una reunión entre Simon y una docena de apus o jefes de la etnia amazónica asháninka en un poblado de la selva central, luego de una huelga que ha durado 69 días en las regiones amazónicas y otras provincias, cuya crisis fue saldada con 34 muertos y decenas de heridos luego de choques el 5 y el 6 de junio entre la policía y los nativos.

El gobierno está listo para escuchar y reconocer errores; los indígenas no son antisistema, ellos luchan por lo que consideran justo, buscan justicia, equidad y respeto a sus tierras, dijo Simon al entregar el proyecto de ley a Javier Velásquez, presidente del Congreso. Afirmó que hemos dados pasos adelante y pasos atrás, pero los peruanos quieren paz.

Velásquez aseguró que el Parlamento unicameral asumirá su responsabilidad y en el más breve plazo se pronunciará sobre la derogación, previo debate de los legisladores, para que se restablezca el clima de paz en el país, en una sesión del plenario que se espera se efectúe este jueves.

Esperamos que este compromiso se cumpla, luego retornaremos a nuestros pueblos para que el país quede tranquilo, dijo Lidia Rengifo, secretaria general de la Asociación General de Pueblos Indígenas de la Selva Central.

Líderes indígenas se habían concentrado por la tarde ante el Parlamento, en espera de que el Ejecutivo entregara el proyecto.

Rechazan acusación

Alberto Pizango, líder de las protestas de los nativos y quien se declara perseguido político, partió la tarde de hoy hacia Nicaragua como asilado luego que Lima le otorgó un salvoconducto para abandonar el país. Está acusado por el gobierno de los delitos de motín, sedición y rebelión.

Otro dirigente nativo, Percy Amaro, de la etnia asháninka, rechazó las acusaciones del oficialismo en el sentido de que detrás de sus demandas está el presidente boliviano, Evo Morales.

Lo desmiento tajantemente, no ha habido ninguna intromisión de ideología externa, sólo la voluntad de nuestro pueblo de plantear nuestras demandas; nosotros tenemos capacidad de dialogar de igual a igual con las autoridades, subrayó el dirigente.

Pero el canciller José García Belaúnde insistió en acusar a Morales de enemigo de Perú y tener vocación mesiánica, ya que ha asumido que tiene que liberar a los peruanos del gobierno de Alan García, pues hay demasiados indicios y huellas de que existe una intervención boliviana para incitar a la violencia en Perú.