Los cardenales Norberto Rivera Carrera y Roger Mahony enfrentarán a partir de este jueves un nuevo proceso judicial en la Corte Superior de Los Angeles, California, por los abusos sexuales que cometió el sacerdote mexicano Nicolás Aguilar Rivera durante su estancia como representante de la Iglesia católica en Estados Unidos.

Un ciudadano de aquel país y víctima del clérigo, que pidió no revelar su nombre, presentará una denuncia para demostrar que como parte de la Iglesia católica los prelados conspiraron y encubrieron los delitos contra niños tanto en México como en Estados Unidos, utilizando una organización no lucrativa, como se define a la institución religiosa.

Los acusan de movilizar entre Estados Unidos y Latinoamérica a curas acusados de pederastia –de los cuales da a conocer una lista, de acuerdo con una copia de la demanda entregada a La Jornada– para evitar que sean detenidos y tengan acceso a más menores.

La base de la denuncia son las pruebas que integran el expediente de Joaquín Aguilar y Juan Doe, también víctimas de Aguilar Rivera, quienes fueron indemnizados por la arquidiócesis de Los Angeles tras las demandas que interpusieron por el abuso que sufrieron en su infancia. Se incluye, por tanto, el interrogatorio a que fue sometido Rivera Carrera el 9 de agosto de 2007 en la sede de la arquidiócesis de México.

Alrededor de las 9 de la mañana, hora local de Los Angeles, será interpuesta la denuncia por el abogado de la víctima, Tony de Marco, y posteriormente se ofrecerá una conferencia de prensa tanto en México como en Estados Unidos por representantes de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes.

La invitación a los medios de comunicación en el Distrito Federal fue titulada Por fin el cardenal Norberto Rivera será juzgado. Participarán Joaquín Aguilar, el abogado José Bonilla, Aidé García –de Católicas por el Derecho a Decidir– y Leticia Valdés, denunciante de un caso de abuso sexual en Oaxaca.

En la querella se plantean que los representantes de la Iglesia  han acercado familias católicas a conocidos pedófilos, y que así ocurrió con Nicolás Aguilar, un cura de la iglesia de San Sebastián Mártir, perteneciente a la diócesis de Tehuacán, Puebla.

Se recuerda que cuando llegó a la comunidad donde se ubica el templo, en 1986, Nicolás Aguilar comenzó sus ataques sexuales a niños y luego de que familiares de los menores lo confrontaron públicamente, el entonces obispo de la citada diócesis, Norberto Rivera Carrera, facilitó su traslado a Los Angeles.

Después, el cardenal Mahony, como responsable de la diócesis de ese condado, lo asignó como pastor asociado en la parroquia de una comunidad de inmigrantes latinos conocida como Rose Hill.

Allí obligó a monaguillos y estudiantes de la escuela parroquial a entrar a su dormitorio en la rectoría para abusar de ellos. Cuando su conducta fue detectada, el presbítero fue reasignado a otra parroquia y allí continuó con su conducta.

Entre esos infantes de entre nueve y 10 años estaba la víctima que hoy reaviva los conflictos legales para Roger Mahony, Norberto Rivera Carrera y la Iglesia católica, porque las parroquias y diócesis por las cuales pasó el sacerdote Nicolás Aguilar durante el tiempo en que cometió los ataques sexuales a menores forman parte del grupo de demandados.

Joaquín Aguilar denunció por primera vez a los cardenales en la Corte Superior de Los Angeles en septiembre de 2006, entre otros delitos por encubrimiento del sacerdote mexicano y negligencia. La querella no prosperó contra Rivera Carrera, cuando el tribunal determinó, en octubre de 2007, que no tenía jurisdicción para enjuiciarlo.