El material pornográfico cuya elaboración se atribuye al sacerdote católico Rafael Muñiz –por lo cual se le juzga en la ciudad de México– no se hizo en Veracruz, por lo cual no hay investigación judicial abierta a escala local, informó ayer en Jalapa la Procuraduría General de Justicia estatal.

El procurador Salvador Mikel Rivera sostuvo que no hay indicios de que las fotografías y videos con imágenes pornográficas de menores de edad, que se citan en la investigación contra Muñiz López, impliquen a niños veracruzanos.

Hasta el momento, en ninguna de las declaraciones que se recabaron por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, existe evidencia de que hayan sucedido hechos de esta naturaleza en Jalapa, dijo.

Las pruebas recabadas en contra de Muñiz, acotó, se basaron en revisiones a material colocado en Internet, y en equipo de cómputo que el inculpado utilizaba, pero no significa que se hubiesen elaborado en esta capital, donde el sacerdote operaba.

Mientras, en el templo de San Pedro Apóstol, feligreses colocaron mensajes en apoyo al sacerdote, luego de que se conoció de su consignación como presunto responsable por la elaboración y distribución de material pornográfico infantil.

De su lado, la arquidiócesis de Jalapa salió una vez más en defensa del párroco, con el argumento de que no hay pruebas contundentes en su contra. Él nos dice que es inocente, y como es alguien que ha trabajado bien en su parroquia, nosotros creemos que hay alguna injusticia, afirmó el vocero diocesano Quintín López.

Por otra parte, el sacerdote Gilberto Suárez Rebolledo, vicario general de dicha arquidiócesis, dijo que la Iglesia de Jalapa, con extrañeza y profundo dolor, considera este procedimiento como un acto de abuso de poder, y lo más lamentable es que pudiéramos encontrarnos frente a una línea política para afectar y perseguir a la Iglesia católica.

El clérigo, mediante un extenso mensaje subido a la página del Centro Católico Multimedial, dependiente de la Comisión Episcopal de Pastoral para la Comunicación de la Conferencia del Episcopado Mexicano, aseveró que las autoridades judiciales del Distrito Federal no vinieron a Jalapa simplemente por el padre Rafael Muñiz, sino a golpear a la Iglesia católica, por lo que cualquier fiel cristiano y sacerdote pudo haber estado en la misma situación del padre Muñiz.