Desde el pasado jueves se realiza en Cuba el Congreso Oncología Habana 2009
Propone enfrentar la enfermedad como crónica, no como terminal, y usar la biotecnología para sobrellevarla con muchos años de vida con calidad, explica Agustín Lage, director del CIM
Sábado 20 de junio de 2009, p. 2
La Habana, 19 de junio. La comunidad científica está migrando hacia un nuevo paradigma en el enfoque del cáncer avanzado, para enfrentarlo como enfermedad crónica
, no terminal
, con la cual el paciente puede vivir y tener calidad de vida, basado en un tratamiento biotecnológico, expuso hoy el especialista cubano Agustín Lage Dávila, director del Centro de Inmunología Molecular (CIM).
En la literatura científica se leen cada vez con más frecuencia ideas que se acercan a esa manera de pensar
, dijo Lage a La Jornada, después de su intervención en el Congreso Oncología Habana 2009, que sesiona aquí desde el jueves.
Es una tendencia, no diría que de todo el mundo, porque los paradigmas emergentes en ciencia toman tiempo en echar raíces. Aunque la tendencia es hacia allá.
El científico subrayó que esta corriente de pensamiento no aborda cualquier tipo de cáncer. “En este caso hablamos del cáncer avanzado, que ya no se puede curar, pero se puede controlar.
“El mensaje es que hay muchas enfermedades crónicas del adulto que tampoco se curan, pero se controlan. Digamos, por ejemplo, que la diabetes no se cura. Es tan incurable como un cáncer. Lo que pasa es que cuando usted le dice al paciente que es diabético, le está diciendo que va a vivir 20, 30 años con su diabetes, y que tiene que aprender a vivir con eso.
Los productos de la biotecnología, que son poco conocidos, pueden transformar poco a poco el cáncer avanzado en una enfermedad crónica, que sea compatible con muchos años de vida con calidad. La diferencia con otros tratamientos es la baja toxicidad y un tratamiento específico del cáncer de larga duración.
Diez mensajes
En su conferencia, Lage concluyó con 10 mensajes para llevar a casa
, o el conjunto de enunciados que a su juicio compendian el cambio conceptual que está en proceso: el cáncer avanzado es una enfermedad crónica; el principal objetivo de la terapia es el control, más que la curación; el tratamiento específico también debe ser crónico y continuar más allá de la progresión de la enfermedad; el tratamiento no puede ser tóxico y debe ser factible en edad avanzada; el tratamiento será una combinación que actúa directamente sobre el tumor e indirectamente sobre la regulación de la respuesta inmune; los ensayos clínicos deben evaluar combinaciones en paquete, no necesariamente una a una; los ensayos clínicos deben evaluar fundamentalmente sobrevida y calidad de vida, no sólo respuesta objetiva inmediata (contracción del tumor); el sistema estadístico debe ser capaz de probar efectos diferidos, no sólo los inmediatos; los ensayos clínicos deben ser factibles en el nivel primario de atención, y la biotecnología debe permitir la aplicación de estos conceptos.
Aunque todas son ideas emergentes y polémicas, el punto de mayor debate, dijo el experto, es el que pone la atención del cáncer avanzado en el nivel primario. Si vamos a manejar el cáncer como enfermedad crónica, hay que manejarla a nivel primario. Las enfermedades crónicas no se manejan en niveles avanzados. Uno puede llevar un paciente a una intervención muy tecnológica, para un tratamiento especialmente complejo, pero si el manejo del paciente depende de cinco, seis, siete años de cuidados continuos, hay que acercarlos a donde vive el paciente.
Definición del paciente
Las cerca de cinco mil empresas de la industria biotecnológica mundial, explicó el director del CIM, tienen 633 productos en ensayos clínicos, de los cuales 254 son oncológicos (109 anticuerpos y 63 vacunas terapéuticas), 162 dedicados a enfermedades infecciosas y el resto a todas las demás.
Es decir que es una rama que tiene 40 por ciento de su producción enfocada al cáncer, cuya mortalidad no se ha detenido en cuanto a tendencia, pero que tiene estadios avanzados cada vez mayores, agregó Lage.
El especialista propuso como definición de cáncer crónico evolutivo
, al paciente que tiene un tumor detectable en progresión, no es elegible para tratamiento curativo, ya recibió el tratamiento de primera línea de la enfermedad avanzada y en segunda línea tiene una respuesta menor a 20 por ciento, y su expectativa de vida es mayor a seis meses.
En ese tipo de pacientes es donde nosotros esperamos algo de la biotecnología
, señaló Lage. “Esperamos más especificidad y baja toxicidad, para que el tratamiento sea compatible con calidad de vida, que sea de larga duración y que tenga la posibilidad de usarse en combinaciones.
Pero esto no está sucediendo hoy, en 2009
, puntualizó. Los productos biotecnológicos (interferones, anticuerpos monoclonales, vacunas, péptidos antitumorales) están produciendo un impacto de sobrevida que se mide en meses, no en años, y hay grandes fracasos en ensayos clínicos recientes.
Lage consideró que la falla se origina en un enfoque convencional, que en su opinión tiene que rectificarse con estos criterios: la dosis máxima tolerable no es la óptima; la respuesta objetiva no es un buen predictor de sobrevida; el beneficio terapéutico puede ser diferido en el tiempo; los productos biotecnológicos pueden ser activos más allá de la progresión; puede haber combinaciones activas de fármacos que no lo sean individualmente y la selección de pacientes para ensayo clínico generalmente no representan al paciente real
.