finales de mayo, el Banco de México dio a conocer las cifras de la Balanza de Pagos al primer trimestre de 2009, con resultados deficitarios en todas las cuentas: -1 mil 75 millones de dólares en la Cuenta Corriente; -3 mil 939 millones en la Cuenta de Capital, y -1 mil 583 millones en Errores y Omisiones, déficit que fueron financiados usando recursos de la Reserva Internacional, misma que en consecuencia disminuyó en -6 mil 585 millones en el trimestre (Gráfico 1).

La Cuenta Corriente

La severa contracción de la demanda dentro y fuera del país, así como de la producción, impactó en forma distinta a los cuatro rubros de la Cuenta Corriente. Comparando los saldos del primer trimestre de 2009 con los de su equivalente de 2008, la balanza Comercial elevó su déficit, mientras que las balanzas de Servicios no factoriales y de Servicios factoriales lo disminuyeron. La balanza de Transferencias, la única con saldo positivo, disminuyó su superávit (Gráfico 1).

Desagregando los ingresos y los egresos que conforman la Cuenta Corriente (Gráfico 2), se observa una disminución casi generalizada en el primer trimestre respecto de su equivalente de 2008. En los Ingresos totales por ventas al exterior de bienes y servicios se registró una baja de los 70 mil 84 millones de dólares exportados en 2008, a 50 mil 67 millones en 2009 (-25.9%); dentro de éstas, las exportaciones de mercancías fueron -28.6% inferiores como resultado del desplome de 58.1% en las exportaciones petroleras y de -21.8% en las no petroleras.

Este enorme desplome de los ingresos petroleros (-58.1%) es, sin embargo, difícil de entender, ya que si bien el volumen exportado se redujo de 1 millón 497 mil barriles diarios en promedio en el primer trimestre de 2008 a 1 millón 297 mil en 2009 (-15%) (Gráfico 3), el precio por barril, que fue en promedio de 83.9 dólares en el primer trimestre de 2008, no debió caer por abajo de 70 dólares (17%) en este primer trimestre, de acuerdo con el multimillonario seguro de cobertura que el gobierno anunció haber adquirido para garantizar a México ese ingreso presupuestado en el caso de que los precios internacionales cayeran como ocurrió (el precio de mercado para la mezcla mexicana fue de 38.8 dólares promedio en el primer trimestre de 2009).

De las exportaciones de servicios más relevantes, los ingresos por turismo se redujeron -7.0%, y los intereses recibidos por depósitos de mexicanos en el exterior -31.3%.

De las transferencias, los ingresos por remesas familiares fueron en este año -4.9% inferiores a las de 2008 (Gráfico 2).

No obstante lo anterior, de los tres grandes rubros generadores netos de divisas para el país, estas Transferencias son ya el más importante, con un saldo de 5 mil 539 millones de dólares en el primer trimestre, seguido por Viajeros internacionales (1 mil 944 millones), y por la Balanza petrolera, que registró en el trimestre un saldo positivo de sólo 1 mil 506 millones de dólares (Gráfico 4). Este último saldo se da después de que en el cuarto trimestre de 2008 México cruzó por primera vez en su historia petrolera a números rojos (mayores compras de petrolíferos que ventas de petróleo), como resultado de la desindustrialización de Pemex en el pasado cuarto de siglo.

La Cuenta de Capital

En el primer trimestre, esta cuenta registró un inusual déficit de -3 mil 939 millones de dólares, resultante de una reducida entrada de recursos foráneos (pasivos externos) por 1 mil 700 millones frente a una sustancial salida de capitales propiedad de residentes mexicanos (activos externos) por -5 mil 639 millones, cifra cercana a lo que perdieron las Reservas Internacionales (-6 mil 585) (Gráfico 1).

De los pasivos externos (capital del exterior que entra como préstamos o inversiones), el saldo de 1 mil 700 millones de dólares es resultante de una entrada de 3 mil 632 millones por inversión extranjera menos un desendeudamiento (pago de créditos) por -1 mil 932 millones (Gráfico 1). Cabe hacer notar que a partir de este año el gobierno y el Banco de México decidieron ya no transparentar el financiamiento externo para los proyectos de inversión Pidiregas, (fundamentalmente de Pemex y CFE) –que son a la fecha el rubro más dinámico de la deuda pública– e incluir dicho financiamiento en el rubro de Endeudamiento del sector público no bancario.

Vive México una crisis más por su extrema vulnerabilidad externa y por el nulo entendimiento (o franco desprecio) de quienes gobiernan. Una crisis diagnosticada desde 2007 y declarada en 2008, cumple ya un año de colapso económico y social sin que aparezca ni por asomo una reconsideración introspectiva seria de la política económica gubernamental, ni un intento siquiera de avanzar hacia una estrategia de consolidación y expansión interna, de reducir la dependencia externa y de potenciar con lógica de desarrollo todos nuestros recursos, trabajo y capacidades productivas para beneficio colectivo.

Hoy, cuando a la crisis económica se acumulan día a día elementos de exacerbación social por desatención, abusos, corrupción generalizada, desempleo, inseguridad, militarización, insolvencia judicial, tráfico de niños y mujeres, de armas, de influencias… empobrecimiento, intolerancia, desesperanza… el país está perfilando un escenario de enorme explosividad que debería preocupar a todos.

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