Con esquemas de arrendamiento financiero, concesión y permuta, la administración capitalina hará las obras viales pendientes como la prolongación del Eje Troncal Metropolitano hacia el entronque de la autopista y la carretera federal a Cuernavaca; los carriles centrales del periférico Arco Norte, en el tramo de calzada Vallejo a Miguel Bernard; el paso a desnivel de Insurgentes Sur y Río Mixcoac, en el Circuito Interior; así como la expansión del Metrobús en los ejes 3 Oriente y 1 Poniente.

Al término de la ponencia Planeación de la infraestructura de la ciudad de México, en el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), el secretario de Obras y Servicios, Jorge Arganis Díaz Leal, destacó el interés del sector privado por participar en proyectos que han sido diferidos temporalmente, como la modernización de los centros de Transferencia Modal de El Rosario, Zaragoza, Martín Carrera y Politécnico, así como la supervía del poniente y el túnel Reforma-Santa Fe, que serían de cuota.

La buena calificación que tiene la ciudad por el manejo de su deuda, los 10 mil 394 millones de pesos que ejercerá en obras públicas este año y la rentabilidad de los proyectos por los altos niveles de aforo han generado certidumbre entre los sectores empresarial y financiero, aunque las condiciones de la situación económica definirán los tiempos para lanzar las licitaciones correspondientes, por lo menos con tres ofertantes, que en varios de los casos ya los tenemos, para evitar que se queden desiertas, señaló.

Así que estos proyectos de infraestructura para resolver los problemas de movilidad de la ciudad no están muertos, sólo en espera, pues una urbe como la nuestra reclama tolerancia, precisa comprensión, plantea pluralidad y exige sentido de pertenencia de quienes la habitamos, ante la oposición de algunos grupos a la realización de obras, como la supervía poniente, en cuyo proyecto queda establecido el respeto a las áreas verdes y la no afectación de predios, indicó.