Para la escritora Laura Esquivel, candidata del PRD a diputada local por Coyoacán, el arte es el eje del cambio que requiere este país. La misma política debería ser un arte, pero la han convertido en algo verdaderamente deplorable.

En entrevista con La Jornada asegura que incluso se ha llegado a comprobar que llevando el arte a las zonas marginadas se puede reducir gradualmente los índices de delincuencia y drogadicción, lo que abona el camino hacia esa transformación de la sociedad.

La autora de La Malinche, El libro de las emociones y Como agua para chocolate, entre otros libros, asegura: la gente está muy indignada, muy decepcionada. Siento que muchas veces ha confiado, ha dado su voto, ha participado y ha esperado el cambio, que no siempre ha sucedido.

En su opinión, mucha de la culpa de la difícil situación que enfrenta la población es la entrega del gobierno federal a ese sistema económico neoliberal tan injusto, tan depredador y tan suicida, que tú recorres varias zonas de Coyoacán y te das cuenta de lo que afecta la crisis económica, de las grandes carencias y el desempleo.

“Me duele mucho –dice– ver hacia dónde nos van arrastrando, y por eso el lema de campaña: ‘escribamos una nueva historia’. Tenemos que escribir una nueva historia, y los que escriben las historias de los pueblos son los ciudadanos”, apunta.

De hecho, habla de esas páginas que se repiten incesantemente en la vida de la población: “la gente está muy cansada del discurso político, del lenguaje que utilizan, donde las palabras solidaridad, democracia o justicia social ya no significan nada, porque están gastadas, porque han sido manipuladas, las han ensuciado, enlodado, y por eso cuando digo que ‘voy a lograr una mejor política social’, pues hay gran desconfianza”.

La escritora Laura Esquivel, candidata del PRD a diputada local, durante la entrevistaFoto Guillermo Sologuren

–¿Y cómo se va a recuperar la confianza de la gente?

–La única manera es cumpliendo tu palabra.

Aunque nunca ha sido ajena a la vida política de esta ciudad, admite que su incursión en la vida partidista y en la disputa de un cargo de elección popular, como es la diputación local, es nueva y no es fácil. De hecho, precisa que ha habido tres ocasiones que ha estado a punto de sacar la bandera blanca y decir: hasta aquí llego, no puedo más, pero siempre ha sido el apoyo y la fortaleza de las mujeres lo que la ha impulsado a seguir adelante, confiada en que el próximo 5 de julio ganará su espacio en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, e impulsar desde ahí una nueva forma de hacer política.

Hasta ahora no hemos encontrado un sistema que nos permita vivir de una manera justa, equitativa, armónica con la naturaleza. En el pasado hubo grandes intentos, pero el camino que tomó hoy la humanidad, el camino neoliberal, es obvio que no es el camino, concluye.