Desde la tribuna de la Comisión Permanente, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), por medio del senador Fernando Castro Trenti, le recordó ayer al señor Felipe Calderón que llegó a la Presidencia de la República de manera legal, pero no legítima”, y le exigió que ajuste sus actos a la ley.

Igualmente, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en voz de los diputados Javier González Garza y Juan Guerra, exigió al Ejecutivo dejar de utilizar a la Procuraduría General de la República (PGR) con fines electorales e investigar no sólo denuncias anónimas.

A diez días de los comicios para renovar la Cámara de Diputados y seis gubernaturas, el tema electoral volvió a confrontar a panistas y priístas. Estos últimos arremetieron contra el Ejecutivo federal a partir de que los del partido blanquiazul se lanzaron contra el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, al que acusaron de llevar a cabo una elección de Estado en su entidad, de frivolidad y de gastar recursos millonarios para su promoción personal.

Había consenso entre las bancadas de aprobar dos puntos de acuerdo: uno, para solicitar a la PGR que investigue al candidato panista a la alcaldía de San Pedro Garza García, Nuevo León, Mauricio Fernández Garza, por sus presuntas relaciones con el crimen organizado, y el segundo para pedir a Peña Nieto cumplir las normas y disposiciones en materia electoral.

Los priístas apenas tocaron a Fernández Garza, pero cuando se discutió el tema del gobernador del estado de México, el diputado Juan José Rodríguez Prats se refirió a él como un títere, que gastó ya 3 mil millones de pesos en promoción personal.

No sólo eso, el blanquiazul sostuvo que con Peña Nieto estamos ante una de las amenazas más serias, un títere movido por una serie de gentes (sic) para después ser manipulado en el poder. Un hombre amarrado por una serie de intereses para concentrar poder y destruir nuestra incipiente democracia.

Incluso, el legislador panista apeló a la convicción revolucionaria de los priístas, a fin de que no se sumen a este falso líder, al que calificó de un tipo bastante limitado, que sólo lee tarjetas. Los priístas respondieron de inmediato y Fernando Castro Trenti le preguntó a Rodríguez Prats si se refería a Vicente Fox, porque, para lenguaraz, para no tener cerebro, para haber traicionado los principios democráticos que lo llevaron al poder, Fox.

Pero no sólo eso, el senador priísta advirtió que si hay alguien a quién investigar y exhortar a que respete la ley y la Constitución es al señor Felipe Calderón. Aludió luego a su origen legal, pero no necesariamente legítimo.

Ello, agregó, lo puso el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en su resolución, cuando atendió aquel cúmulo de quejas convertidas en recursos para resolver la elección presidencial de 2006. Cuando reconoció que el señor Fox interfirió en el proceso electoral, pero que fue nadamás tantito, no del tamaño necesario para anular la elección.

El perredista Juan Guerra criticó también a Peña Nieto y de paso a Televisa, por la pésima explicación que dio en un desplegado sobre la presencia permanente del mexiquense en sus espacios noticiosos. Se escudan en criterios demográficos. La respuesta de que no está contratando Peña Nieto habla de la impunidad que se vive en el país.

La discusión se convirtió luego en denuncias mutuas. El PRI, por medio del senador Adolfo Toledo, acusó al secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas, de hacer campaña en favor de la candidata panista al gobierno de Colima, Martha Leticia Sosa, y de prometer a los productores agrícolas de Tecomán más recursos e inversiones si votan por ella.

A su vez, la senadora panista Beatriz Zavala dijo que la gobernadora priísta de Yucatán, Ivonne Ortega, también hace campaña por los candidatos de su partido, y se confrontó con el priísta Cleominio Renán Zoreda, quien refutó la versión de que ella y el también panista Santiago Creel fueron retenidos por órdenes de la mandataria yucateca.

Los retenes son federales, dijo Renán Zoreda, quien luego discutió fuerte con Rodríguez Prats porque éste se burló de su nombre de pila (Cleominio), lo que casi los lleva a los golpes.