Los Caligaris, Los Esquizitos y Silverio, parte de las 44 bandas del programa de ayer
Lunes 29 de junio de 2009, p. a12
Caía un tormentón cuando el cantante de la banda argentina Los Caligaris, desde el escenario principal, le pidió al público que, a la cuenta de cuatro, se quitara la playera. Muchos ni siquiera lo pensaron y se quedaron sin impermeable, manga o lo que los cubría. Y todos, más de 68 mil, a pesar de estar empapados, siguieron bailando. Así fue el espíritu del segundo día del festival Vive Latino: todos estaban aquí para pasarla bien, ocurriera lo que ocurriera.
Y bueno, si de fiesta se trata, Los Caligaris están bien sintonizados. La numerosa banda argentina hace música festiva, muchos vientos y percusiones, con elementos circenses, como dar saltos mortales en el escenario. Globos de colores volaban por los aires.
Pasada la tormenta, Los Esquizitos pusieron a todos a surfear en los inmensos charcos. Quienes bailaban se aventaban agua con los pies, como niños en el recreo. Mientras, en el escenario, los integrantes de la banda tocaban en mandiles blancos y con imágenes de monstruos tipo ciencia ficción en las pantallas.
En contraste, con el sol que salió de entre las nubes, en la Carpa Intolerante, Silverio, en calzones rojos, ofreció su propuesta electrónica mientras gritaba, con voz cavernosa: ¿Querían ver pelos? Pues agáchense, cabrones
, y más palabras por el estilo.
La Carpa Intolerante fue programada por la gente de Discos Intolerancia y ofrecía propuestas que iban desde el jazz hasta Silverio.
Este domingo estaban programadas 44 propuestas musicales en tres escenarios y una carpa. Hubo presencia argentina, chilena y española, además de la mexicana. Sólo aquellos con el don de la ubicuidad lograron ver más de, digamos, 10 bandas.
Bengala anunció que grabaría el video de la canción Cárcel cuando la tocara en vivo esta tarde.
Fenómeno Fuzz, con su surf chilango, estuvo encargado de calentar el ambiente en el escenario principal. Ya había llegado bastante gente para esa hora, así que sí se armó un buen slam.
Sekta Core levantó el ánimo
Después, el grito de guerra de Sekta Core: ¡Todos con los cuernos arriba!
puso la piel chinita, quién sabe si por el volumen o por la adrenalina que comenzó a fluir.
Y ahí, con el hardcore ska de la banda mexiquense, acabó de armarse el intenso slam: se repartieron codazos, empujones, todos descargando… ¿qué? A saber. Cada cual lo suyo, probablemente.
Las buenas caminadas de un escenario a otro permitían ver todo un arcoiris de atuendos: había clowns seguidores de Los Caligaris; un tipo vestía como Fidel Nadal, a la rastafari, y también una joven traía una capa de Supermán y bolsa de papel en la cabeza…
Con la banda española La Pulquería (venimos de España, pero tenemos corazón mexicano
), la gente bailó, mojada, su mariachi-tropi-punk-balcánico. Los enormes pedazos de alfombra que antes arrancaron para cubrirse. ahora se usaron para hacer volar por los aires a chavas con cara de gozo y miedo.
El guitarrista Pancho Tequila, de La Pulquería, explicó a La Jornada, en días anteriores, que el nombre de la banda provino de que un vecino del local donde ensayábamos tocaba en un mariachi, y a veces improvisábamos con él; así que decidimos fusionar el hard rock con el mariachi, algunos ritmos tropicales latinoamericanos, punk y música balcánica
.
En todos los escenarios hubo gran cantidad de gente. Durante la presentación de Los Daniels, el vocalista gritó: ¡Todos abajo!
una y otra vez, hasta que se dio cuenta de que no era que la gente no quisiera, sino que estaba demasiado apretujada, así que mejor pidió: ¡Todos arriba! ¡Vamos a brincar, a tocar el cielo!
Y un mar de brazos se alzó.
Al cierre de esta edición, faltaban por subir al escenario Salón Victoria, Molotov, Nortec, Anita Tijoux y Los Fabulosos Cadillac, entre otros.