Tras haber sido resguardados durante 100 años, por sus descendientes, y de haber sido censurados por orden del entonces presidente Porfirio Díaz, se dan a conocer una serie de documentos e imágenes inéditas de quien fue uno de los más importantes constitucionalistas y liberales del siglo XIX, con el título Ignacio Ramírez El Nigromante: memorias prohibidas.

El volumen pretende que las nuevas generaciones de mexicanos conozcan la vida, obra y trayectoria de este prócer, no de manera institucional, sino a partir de la versión directa y fidedigna de sus descendientes, en la que se integran anécdotas, datos históricos determinantes, críticas a los privilegios y prebendas del clero y propuestas políticas de enorme vigencia, que en su momento fueron objeto de censura por la historia oficial, explicó en entrevista con La Jornada, Emilio Arellano, bisnieto de Ignacio Ramírez, a quien le llevó cinco años de trabajo ordenar los documentos y dotarlos de perspectiva histórica.

Muchos de los textos del libro –apuntó Arellano– “contradicen la cómoda versión institucional y demuestran fehacientemente que El Nigromante fue un hombre de principios íntegros, con un nivel intelectual pocas veces alcanzado en nuestro país”.

Fue un hombre rebelde, insumiso, polemista de enorme talento, abogado, literato y ensayista. Enumerar su multifacética trayectoria sería extenso, pues por decirlo de alguna manera, Ignacio Ramírez se movía en 25 frentes, en todos ellos con la firme convicción, imaginación e inteligencia de siempre defender a los más desprotegidos, luchar por la equidad entre el hombre y la mujer, considerando que el progreso de la nación se logra mediante la educación.

Contra las prebendas del clero

Gracias a Ignacio Ramírez (1818-1879), a sus aportaciones ideológicas y de justicia social, por las que en no pocas ocasiones fue perseguido y encarcelado, hoy día por ejemplo, destacó Arellano, “se goza de una educación laica y gratuita; él fue quien instituyó el texto gratuito, el artífice de la separación de la Iglesia y el Estado, e hizo realidad constitucional las garantías individuales, siendo el creador también del articulado de la Constitución de 1857. Redactó el proyecto de exclaustración de los conventos y fue autor, entre muchos otros textos, del Manifiesto Indígena”.

Publicado por Planeta, en el libro se integran a manera de biografía familiar con comentarios del autor, alrededor de 100 hojas, cotejadas con más de 7 mil documentos históricos, comentó Arellano.

Entre las diversas cuestiones que a lo largo del volumen se hacen presentes se encuentra la crítica y lucha contra las traiciones, prebendas y privilegios, del clero en la historia del país.

De hecho, apuntó Arellano, “en 1887 el arzobispo primado de México en aquel entonces pidió a Porfirio Díaz evitar la publicación de las memorias que los hijos de El Nigromante intentaban divulgar. El prelado consideraba que afectaría gravemente la imagen de la Iglesia y del grupo conservador, y que abriría las heridas del pasado e impulsaría movimientos sociales negativos a la paz porfirista. Las logias masónicas de México, de las que siempre recibió apoyo Ignacio Ramírez, también estimaron que sería mejor guardar estos relatos para la historia futura de México, porque aún vivían muchos de los protagonistas de los mismos. Ignacio Manuel Altamirano los omitió en la primera biografía institucional de El Nigromante, de 1887, por instrucción directa del entonces presidente Porfirio Díaz”.

El Nigromante señalaba que siempre junto al tirano, al dictador, está el clero para amansar a la muchedumbre, emocionándola con una vida futura, pero la vida se vive ahora y se necesita que los ciudadanos la disfruten a cabalidad con sus garantías individuales.

Otra de las cuestiones propuestas importantes y delicadas, y que quizá por ello también Porfirio Díaz ordenó que se omitiera de la biografía hecha por Altamirano, es la que tiene que ver con la remoción del cargo de presidente de la República.