Sociedad y Justicia
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La Secretaría de Salud informa de 64 casos en Cuajinicuilapa

Reporta Guerrero la segunda ola de intoxicados con queso

Incidente sin relación con el caso de Chilpancingo, dice funcionario

Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 4 de julio de 2009, p. 33

Chilpancingo, Gro., 3 de julio. El subsecretario de Regulación, Control y Fomento Sanitario de la Secretaría de Salud de Guerrero, Pedro Salgado Sales, informó que entre miércoles y jueves de esta semana se intoxicaron 64 niños por consumir queso en mal estado en la escuela primaria Silvino Añorve Dávila, ubicada en el municipio de Cuajinicuilapa, por lo que suman 123 los casos ya reportados en la entidad.

Sin embargo, el funcionario aclaró que los menores, de entre 6 y 12 años de edad, ingirieron queso elaborado de manera artesanal, por lo que no hay ninguna relación con los otros 59 casos reportados en Chilpancingo, y detalló que los niños se encuentran fuera de peligro y ya fueron dados de alta. La intoxicación se debió a la existencia excesiva de estafilococos en el producto.

Salgado Sales consideró que en el caso de la estancia infantil El Chorrito, en la capital guerrerense, donde resultaron varios niños intoxicados por el consumo de queso, fue una irresponsabilidad comprar el producto en la tienda de enfrente, como lo dijo la directora del plantel, ya que existe menor control y mayores riesgos de que se presente la descomposición del producto. Adelantó que la dependencia hará una recomendación a la Secretaría de Educación estatal para que tome acciones encaminadas al control de los alimentos que consumen los menores que cursan su instrucción básica.

El funcionario agegó que a partir de hoy todas las unidades que trasladen productos lácteos deberán contar con equipo de refrigeración y termómetro, y los proveedores deben cumplir con el protocolo, de lo contrario no se permitirá su comercialización.

Salgado Sales reconoció que la Secretaría de Desarrollo Rural y la Sagarpa no realizan revisiones sanitarias a los productores de queso del estado y en el caso de los foráneos no hay casetas sanitarias en puntos estratégicos en las fronteras de Guerrero o en Chilpancingo, lo que permite que productores de lácteos lleguen a las ciudades y vendan productos que en ocasiones están contaminados.