Estiman expertos que el hielo océanico podría desaparecer en 2050 o antes
Lunes 6 de julio de 2009, p. 48
Oslo, 5 de julio. Las naciones del Ártico prometen evitar nuevas escaramuzas al estilo guerra fría vinculadas con el cambio climático, pero la actividad militar se está disparando en una región polar donde el deshielo podría permitir la búsqueda de petróleo y gas o nuevas rutas de navegación.
Las seis naciones en torno al océano Ártico prometieron cooperar en desafíos como la supervisión de posibles nuevas zonas de pesca o rutas de navegación en una zona que ha sido remota, fría y oscura a lo largo de la historia como para generar interés. Pero el calentamiento global está incitando disputas hasta ahora irrelevantes, como el enfrentamiento entre Rusia y Dinamarca por la posesión del lecho marino bajo el Polo Norte o hasta dónde llega el control canadiense del Pasaje del Noroeste, que Estados Unidos denomina una vía marítima internacional.
Será un nuevo océano en una zona estratégica
, dijo Lee Willett, director del Programa de Estudios Marinos del Instituto de Servicios Real para para Estudios de Defensa y Seguridad en Londres, prediciendo amplia competencia en la zona del ártico.
La principal forma de proyectar la influencia y proteger los intereses en la región será el uso de las fuerzas navales
, destacó Willett. Las fuerzas terrestres tendrán poco que defender en las remotas líneas costeras que tienen cientos de kilómetros de tundra detrás.
Destacados expertos en clima señalan que el océano Ártico podría quedarse sin hielo en el verano para 2050 o antes, luego de que el hielo se redujo a un récord en septiembre de 2007 en medio del calentamiento que el panel climático de la Organización de Naciones Unidas atribuye al uso de combustibles fósiles.
Pronósticos previos señalaban que el Ártico quedaría libre de hielo en los veranos hacia finales de siglo.
Entre los signos de preocupación militar, un documento del Kremlin sobre seguridad dijo a mediados de mayo que Rusia podría enfrentar guerras sobre sus fronteras en el futuro cercano por el control de los recursos energéticos desde Medio Oriente hasta el ártico.
Rusia envió en 2008 un submarino nuclear al Pacífico por debajo del hielo del Ártico. La nueva clase de submarinos rusos se llama Borei (Viento ártico
).
Zona de interés en 50 años
Cada año Canadá realiza un ejercicio militar llamado Nanook para reforzar la soberanía sobre sus territorios del norte. En el Ártico, Rusia enfrenta a cinco miembros de la OTAN: Estados Unidos, Canadá, Noruega, Islandia y Dinamarca, este último a través de Groenlandia.
En febrero, el primer ministro canadiense Stephen Harper criticó las acciones cada vez más agresivas
de Rusia después de que un bombardero voló cerca de Canadá antes de una visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El año pasado, el gobierno de Noruega compró 48 aviones Lockheed Martin F-35 por 18 mil millones de coronas (2 mil 810 millones de dólares), por lo que el país queda mejor posicionado que Suecia en tareas como la vigilancia del vasto Ártico norte.
Puede que haya mucho en juego. El Servicio Geológico de Estados Unidos estimó en 2008 que el Ártico posee 90 mil millones de barriles de crudo sin descubrir, suficiente para abastecer la demanda mundial actual durante tres años.
Las rutas de transporte naval en el Ártico podrían ser atajos entre los océanos Pacífico y Atlántico en verano, aunque es probable que muchas compañías se sientan disuadidas por las incertidumbres en cuanto a factores como témpanos, costos de seguro o la necesidad de un casco reforzado.
Otros expertos dicen que las naciones pueden llevarse bien y sin problemas en el norte. La zona del Ártico será de interés en 50 o 100 años, no ahora
, dijo Lars Kullerud, de la Universidad del Ártico. “Hablar sobre una nueva guerra fría es exagerado”, señaló Jakub Godzimirski, del Instituto Noruego de Asuntos Internacionales.
En tanto, los gobiernos insisten en que un deshielo no augura tensiones. Buscaremos estrategias de cooperación
, dijo a Reuters el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Jim Steinberg, durante un encuentro del Consejo del Ártico de ministros de relaciones exteriores, en Noruega.