A partir de los comicios locales del domingo pasado se configuró un nuevo mapa electoral en el Distrito Federal, en el que si bien predomina el amarillo perredista, se incrementó el azul panista y se incorporó un nuevo color: el rojo petista.

Con base en el Conteo de Población y Vivienda 2005 del Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI), en la ciudad de México viven 8 millones 721 mil personas, distribuidas en las 16 circunscripciones territoriales.

El PRD gobierna en la actualidad a 92 de cada 100 habitantes, pero, luego de la caída electoral que sufrió el domingo pasado, encabezará, a partir del 1º de octubre, cuando asuman su cargo los nuevos jefes delegacionales, a 69 de cada 100.

En los comicios de 2006 el partido del sol azteca triunfó en 14 demarcaciones, lo que le permitió gobernar a 8 millones 12 mil ciudadanos.

Sin embargo, el 5 de julio los perredistas no fueron capaces de refrendar su predominio en Iztapalapa y Cuajimalpa, y las perdió a manos de Acción Nacional y PT, respectivamente, lo que implica que en conjunto dejará de mandar sobre un millón 994 mil personas.

Si bien el PAN logró conservar Miguel Hidalgo y Benito Juárez, al imponerse en Cuajimalpa su avance electoral disminuyó, pues esta delegación tiene apenas 2 por ciento de la población total del Distrito Federal, es decir, 173 mil 625 habitantes, lo que la ubica como la segunda demarcación menos poblada, tan sólo detrás de Milpa Alta.

Hoy día Acción Nacional gobierna a 708 mil 551 personas, y con el triunfo que logró el pasado fin de semana –que a decir de su lideresa local, Mariana Gómez del Campo, es el regreso del PAN en el Distrito Federal– aumentará esa cifra a 882 mil 176 personas

Para el PRD el cambio más drástico en esta nueva geografía electoral se dio en Iztapalapa, donde habitan 21 de cada 100 capitalinos. Aquí mantenía predominio desde 2000, cuando se eligió por vez primera a los jefes delegacionales.

Si bien hay un compromiso del candidato ganador, el petista Rafael Acosta, de ceder el puesto en octubre próximo a la perredista Clara Brugada, para cuestiones electorales se imponen las siglas del Partido del Trabajo.

Daños colaterales

Respecto de la caída perredista, cabe resaltar que en dos de sus principales bastiones políticos en esta capital, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, los daños electorales que le infligieron el PAN y el PT fueron de consideración.

En la primera demarcación, la división generada en el partido del sol azteca ocasionó que el PT se alzara con el triunfo en tres distritos federales, y tendrá como diputados en San Lázaro a Jaime Cárdenas, Mario Di Constanzo y Gerardo Fernández; además se apoderó del distrito 28 local y dejó en el camino a la perredista Lourdes Alonso, de la corriente Nueva Izquierda.

Precisamente, NI mantenía el predominio en esa demarcación desde hace casi una década, pero tanto en las recientes votaciones constitucionales como en la contienda interna prácticamente perdió todos sus candidatos, algunos por partida doble, pues al no ganar en los comicios perredistas algunos optaron por contender con otras siglas, como el PSD, pero también fueron derrotados.

Respecto a la Gustavo A. Madero, el PAN obtuvo dos distritos locales, el 2 y el 7, dejando fuera a Pablo de Antuñano y a Aimé Zúñiga, del PRD. A nivel de distritos federales, este partido también ganó el 2 al PRD y dejó sin oportunidad alguna a Beatriz Castelán.

También el PRI aprovechó la oportunidad y su candidato al distrito federal 6, Roberto Rebollo, se impuso –en coalición con el PVEM– al perredista Juan Bustos Pascual.