Viernes 10 de julio de 2009, p. 33
La caída del PRD por más de 17 puntos porcentuales en la votación del domingo pasado, con respecto a la elección de 2006 en el Distrito Federal, es producto de la línea política que siguió la dirigencia nacional del partido, que se reflejó en la ausencia de debate en su campaña electoral, así como en el golpeteo constante desde la Asamblea Legislativa al gobierno de la ciudad, señaló la corriente Izquierda Social (IS), que como parte del bloque de Izquierda Unida tuvo un crecimiento en el número de posiciones dentro del Poder Legislativo local y las delegaciones.
Para Alejandra Barrales, presidenta del PRD en el Distrito Federal, este resultado es también una llamada de alerta de la gente, que no quiere ver más confrontaciones en el partido.
En la elección intermedia de 2003, el PRD alcanzó 43.29 por ciento de la votación; en 2006 obtuvo 45.92 y en las votaciones del domingo pasado se quedó con 28.9 por ciento.
Al fijar la postura de la corriente encabezada por Martí Batres, sobre el resultado de la elección del domingo pasado, los diputados electos por el distrito 1 local y federal, Valentina Batres y Ramón Jiménez, respectivamente, advirtieron que pesó mucho en el resultado de la elección la línea de acercamiento de la dirigencia nacional del partido, encabezada por Nueva Izquierda (NI), al gobierno federal, y su distanciamiento del dirigente del Movimiento por la Defensa del Petróleo, la Economía Popular y la Soberanía Nacional, Andrés Manuel López Obrador.
De allí la necesidad de retomar la línea de crítica a la política neoliberal, de acercamiento a los movimientos sociales y defender a los gobiernos perredistas, paticularmente al del Distrito Federal.
Barrales consideró que el partido pagó la factura de sus divisiones internas y a partir de eso tendrá que hacer un ejercicio de reflexión, por lo que buscará a NI para que podamos ponernos de acuerdo
, particularmente ahora que Silvia Oliva declaró que no buscará impugnar el resultado de la elección en Iztapalapa.