Con música y letras propias, sin cóvers ni versiones de éxitos de antaño, aunque esto les cierre puertas y sea el camino más difícil, el grupo de rock María Selva, integrado por tres mexicanos y un colombiano, promueve su disco Elementos, resultado de un proyecto independiente en cuanto a creatividad y producción.

En entrevista con La Jornada, sus integrantes: Alejandro, guitarra; Harold, voz y sax; Jaco, bajo, y Ángel, batería, hablaron del trabajo que comenzaron en 2006, cuando se unieron para hacer música. El rock es un sueño, precisó Harold.

El nombre surgió de la necesidad de que la gente encontrara una referencia sencilla. Cada uno lleva en la música unos 15 años, con diferentes proyectos.

Jaco ubica al grupo como urbano. Nuestras influencias son muchas y de varios momentos, del rock al pop; buscamos hacer acordes, melodías que nos gusten y nos den color propio. Tal vez nos parecemos a nada o a muchos, añadió.

Aceptan que su gusto por el rock comenzó en la calle. Harold: El músico que conoce sabe que la academia es una herramienta, pero el espíritu sale de la calle. Por su parte, Alejandro agregó: Aprendimos de la calle, pero no hay que caer en la vagancia, en la trivialidad. El chiste es alcanzar las metas y ser profesionales.

Picando piedra

Jaco abundó: “Hemos hallado cosas buenas, como la reacción de la gente en un toquín. La parte mala ha sido lo difícil de darnos a conocer, pues hay mucha manipulación. Para que toquen tu música se necesitan contactos, como todo en México, pero hemos caminado hacia el frente.

Hay mucha competencia, buena y mala, pero a final de cuentas buscamos nuestra identidad.

Han batallado, talacheado, picado piedra. Normal. “Hemos tocado todas las puertas que hemos podido. Con nuestro primer disco, Elementos, nos presentamos de manera abierta. Ha sido difícil, pero eso nos ha fortalecido. Somos independientes, pero antes tratamos de entrar a un sello; hemos tocado puertas en Internet, en la radio.”

Alejandro: “Hemos tratado de no dejarnos llevar por la moda, la cual viene y va. Lo importante es hacer rock de corazón, pues así no pasará de moda. Hoy día ya no hay hilos negros que descubrir; la mayoría de las cosas ya están hechas. La misma crisis hace que algunos medios te cierren las puertas o pidan payola”.

Algunos dueños de sitios donde se presentan grupos que empiezan no quieren pagar, o lo hacen con una cerveza, sobre todo a los chavos; se aprovechan de las ganas que tienen de tocar.

Poca credibilidad

Harold: “Algunos dueños de bares u organizadores de conciertos meten a 15 bandas de chavitos que empiezan y los ponen a vender boletos, porque sólo les importa recuperar su lana; eso afecta a los músicos porque el público se desanima, dice: ‘si voy a un concierto de rock, me tengo que chutar 15  bandas que están aprendiendo a afinar, antes de escuchar al grupo que me gusta’, y eso ha restado credibilidad.

“Hay gente que ya se dio cuenta de eso y ya no va, ni los grupos aceptan vender 100 boletos de 150 varos cada uno. Ahora bien, hay jovencitos que tocan hasta gratis, lo cual abarata el medio. Lo cierto es que los músicos pasamos por etapas y hay lugares donde sí dan oportunidad de tocar.

Nosotros ya llevamos rato en esto, pero hay sitios donde llegas y te quieren tratar como a alguien que va empezando.

Jaco: Nos gusta la música para promoverla.

El 10 de julio, a las 21 horas, se presentarán, con otros dos grupos, en el Rock House, ubicado en Insurgentes Sur 2236 (cóver 70 pesos).

El 18 de julio celebrarán su tercer aniversario con un reven privado. Para comunicarse con ellos: www.myspace.com/mariaselvaoficial