El ex ministro del Interior, de 71 años, purgará 30 años por delitos de lesa humanidad
Renueva el gobierno de Evo Morales pedido de extradición del ex presidente Sánchez de Lozada
Viernes 10 de julio de 2009, p. 22
La Paz, 9 de julio. Luis Arce Gómez, el ex ministro del Interior y principal represor durante la dictadura boliviana de Luis García Meza (1980-1981), llegó hoy a esta capital deportado de Estados Unidos para cumplir una condena de 30 años de cárcel sin derecho a indulto por delitos de lesa humanidad, en un hecho que podría aliviar tensiones diplomáticas entre La Paz y Washington.
La llegada del llamado ministro de la cocaína
tras cumplir otra sentencia en Estados Unidos por narcotráfico, alentó al gobierno del presidente Evo Morales a renovar el pedido de extradición, también desde Estados Unidos, del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada para que enfrente un juicio por genocidio y delitos económicos.
Morales, habitualmente duro crítico del gobierno y la justicia estadunidenses, aplaudió la repatriación del ex coronel del ejército y recordó que además de Sánchez de Lozada su gobierno reclama la extradición del ex ministro Carlos Sánchez Berzaín, procesados en Bolivia por la matanza de unas 67 personas durante la revuelta popular de octubre de 2003 en El Alto.
Durante una conferencia de prensa, señaló que quisiera que ese tipo de decisiones se tomaran también en torno a otros terroristas refugiados en varias partes del mundo, entre los que mencionó al cubano-estadunidense Luis Posada Carriles, reclamado por Venezuela a Washington, como responsable confeso de la explosión en pleno vuelo en 1976 de un avión cubano que provocó la muerte de 73 personas.
Primero, quiero reconocer y saludar el trabajo de la justicia de Estados Unidos en deportar a Luis Arce Gómez, hoy es un día histórico para los derechos humanos, de mucha importancia para hacer una profunda reflexión sobre las dictaduras
, dijo el mandatario, y postuló el restablecimiento de amplias relaciones con Washington, aunque advirtió que veía todavía signos de intromisión
.
El otrora hombre fuerte, ahora con 71 años, enfermo de cáncer de próstata y diabetes, fue sacado en silla de ruedas de un avión comercial en que llegó de madrugada procedente de Miami, donde una juez de migración había ordenado el miércoles su deportación tras cumplir condena por narcotráfico. Lucía cansado, barba blanca, con ropa deportiva, casaca gruesa y una gorra de lana color beige.
Recordado por mandar a sus opositores a andar con el testamento bajo el brazo
, Arce Gómez fue sometido primero a un examen médico y luego enviado para ser recluido en la cárcel altiplánica de Chonchocoro, unos 20 kilómetros al oeste de La Paz, donde compartirá con García Meza una condena de 30 años por genocidio y traición a la patria.
Arce Gómez pasó los últimos 18 años en Estados Unidos cumpliendo una condena por narcotráfico y tratando inútilmente de evitar su deportación a Bolivia, donde la Corte Suprema lo condenó en 1993 junto con García Meza y otros 43 miembros de una dictadura de 13 meses, a la que se responsabilizó por decenas de asesinatos políticos y delitos económicos.
El retorno del ex ministro desató una poco frecuente aprobación coincidente de opositores y oficialistas, que expresaron confianza en que Arce Gómez revele el paradero de los restos del líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, la víctima más notoria del golpe de Estado del 17 de julio de 1980 cuando fue derrocada la entonces presidenta Lidia Gueiler Tejeda.
El asesinato de Quiroga Santa Cruz, el diputado Carlos Flores y el sindicalista Gualberto Vega, y de ocho dirigentes del opositor Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) es la causa principal del proceso contra este líder golpista que había escapado a Argentina donde obtuvo asilo político. De hecho, la dictadura de Leopoldo Galtieri le había dado asesoramiento a los militares bolivianos.
El ex coronel Arce Gómez fue detenido en Bolivia el 10 de diciembre de 1989 en una casa de campo del departamento de Santa Cruz, acorde con una orden de extradición girada por la justicia de Estados Unidos, adonde fue remitido por el entonces presidente Jaime Paz Zamora. Una corte de Miami le abrió cargos por introducción de drogas a suelo estadunidense.
