Niegan que ayuden a bajar contaminantes
Viernes 10 de julio de 2009, p. 39
En México se destinan 9.7 millones de toneladas de maíz para la producción de tortillas; sin embargo, los precios de estos alimentos se incrementarán en forma proporcional a la cotización de los biocombustibles, los cuales se producen a partir del grano, sostuvo Dolores Rojas, de Oxfam México.
El país, antes de que se embarque en la aventura de generar esos productos a costa de la seguridad alimentaria, debe definir si representan un buen negocio, resaltó ayer, durante la mesa redonda sobre biocombustibles de la campaña Vamos al grano.
El impulso a la producción de biocombustibles comenzó en Estados Unidos durante la gestión de George Bush, debido a la sobreproducción de maíz, lo cual llevó después a un incremento en el precio internacional del grano, explicó Óscar Vázquez, director del Programa de Cambio Climático de la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal.
El director general para México del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo, Bernardo Baranda, aseveró que los biocombustibles no son una solución para la reducción de emisiones, porque tan sólo generan ahorros de 20 por ciento de bióxido de carbono por cada kilómetro recorrido.
Indicó que las ciudades donde se ha registrado una reducción en la emisión de gases de efecto invernadero lo lograron gracias a que cambiaron hacia un transporte público de alta calidad, la gente se transporta menos, lo hace a pie o viaja en bicicleta. Es decir, modificaron sus hábitos para un uso menor del automóvil.
Al referirse al uso de granos básicos para la generación de biocombustibles frente a la creciente crisis alimentaría y el desplazamiento de las comunidades indígenas, Víctor Suárez, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras, dijo que se requieren políticas agrícolas que proporcionen apoyo a los campesinos y detengan la pobreza y el hambre en este sector.
Estimó que este año habrá entre 300 mil y 400 mil migrantes mexicanos, la mitad de los cuales saldrán de las zonas rurales del país.
Comentó que es paradójico que México importe 20 mil millones de dólares en alimentos al año, mientras los productores nacionales no pueden comercializar sus granos debido a que las empresas comercializadoras argumentan no tener mercado.