Para hacer frente a la crisis en el sector automotriz, el presidente Felipe Calderón anunció ayer la puesta en marcha de un programa de renovación vehicular que subsidiará con 15 mil pesos a cada propietario de un carro de diez o más años de antigüedad que entregue el suyo para su destrucción y compre uno nuevo.

Dicho plan, que busca aumentar la venta de automóviles, contará con un presupuesto inicial de 500 millones de pesos, el cual es suficiente para la adquisición de más de 33 mil vehículos, y podrá incrementarse a mil millones de pesos, según los resultados obtenidos. El principal requisito es que el valor del automóvil nuevo no exceda de 160 mil pesos.

Reunido con industriales del sector automotriz en el Centro Banamex, el mandatario aseguró que esta crisis –que en Estados Unidos se tradujo en la quiebra de Chrysler y General Motors– es una oportunidad para rediseñar y reinventar el sector y que México sea la punta de lanza de la recuperación de la industria automotriz incluso a escala global.

Previamente, el presidente de la Industria Nacional de Autopartes, Agustín Ríos, había expuesto que al mes de junio la producción y venta de vehículos y de autopartes se ha reducido alrededor de 40 por ciento en comparación con el año pasado, lo cual ha ocasionado el despido de más de 56 mil 500 personas empleadas directamente en la fabricación de autopartes.

Durante la clausura del séptimo Congreso de la Industria Automotriz, Ríos pronosticó que será hasta 2014 o 2015 cuando el sector obtenga resultados similares a los del año pasado. Por tanto, consideró apremiante revisar el modelo de la industria automotriz nacional y para ello planteó fortalecer el mercado interno, detener la importación de vehículos chatarra, mejorar la normatividad y formar capital humano.

El secretario de Economía, Gerardo Ruiz –quien dijo sentir un cariño muy especial por este sector, porque “fue mi modus vivendi durante 22 años”–, declaró que ha pasado lo peor.

Luego, Calderón señaló que para levantar la demanda de automóviles, aunque sea de manera marginal, se implantará el nuevo programa, mediante el cual sólo podrán adquirirse vehículos que sean producidos en México o estén armados en los países con los que ha sostenido tratados de libre comercio y que sean vendidos por fabricantes del país.

Los propietarios de automóviles de diez años o más de antigüedad tendrán que llevar sus unidades a agencias o a un centro de reciclaje para que sean destruidos, y con ello se pueda sustituir el parque vehicular ineficiente o contaminante, explicó.

El michoacano hizo además un llamado a las empresas armadoras, a los distribuidores y en especial a los gobiernos estatales, como beneficiarios de la recaudación obtenida por los impuestos de tenencia y sobre automóviles nuevos, a que hagan su parte para multiplicar los recursos del programa.

Por otra parte, celebró que este mes las consultoras internacionales han ubicado a México como uno de los mejores competidores en el mundo en términos de costos. Mencionó, por ejemplo, que Alix Partners lo sitúa por debajo de China, India y Brasil en su índice de costos de manufactura.