Felipe González, presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Senado de la República, manifestó su preocupación por la posible falta de apoyo entre el Ejército y la Policía Federal en el operativo reforzado en Michoacán.

En especial, dijo, porque los 12 policías asesinados la semana pasada –en ataques directos contra las fuerzas federales– pertenecían a los grupos de inteligencia que operan bajo las nuevas atribuciones de investigación que permite la reciente reforma legal en materia de seguridad pública.

Nos preocupa mucho que esta nueva tarea (autorizada a la Policía Federal) haya empezado con el pie izquierdo, indicó en entrevista.

La comisión que encabeza el senador panista Felipe González –ex gobernador de Aguascalientes y ex subsecretario de Gobernación– solicitó información a la Procuraduría General de la República y a la Secretaría de Seguridad Pública respecto a los enfrentamientos ocurridos en Michoacán con grupos vinculados al narcotráfico.

El legislador advirtió que la Policía Federal parece desprotegida: A mí lo que me preocupa es que están actuando solos (SSP). No sé si sea estrategia pero no veo al Ejército ahí (en labores de inteligencia).

Dijo que en el Senado están atentos y preocupados y verificarán la forma en que se está aplicando la nueva normatividad.

Comentó que no tiene lógica la llamada telefónica a una televisora de quien dijo ser Servando Gómez, La Tuta, y en la cual se refirió a la supuesta protección que brinda el titular de la SSP, Genaro García Luna, a Los Zetas. “Es como si un asaltante de bancos dice ‘nada más déjenme a la policía bancaria, no al Ejército’”.

Sin embargo, precisó, independientemente de eso es necesario saber qué pasó. Estamos pidiendo información de los últimos acontecimientos respecto a la detención de cabezas de bandas criminales, así como de los datos que han podido obtener porque el Ejército también tiene su área de inteligencia.

González, también secretario de la Comisión de Gobernación e integrante de la bicamaral de Seguridad Nacional y del grupo legislativo de Defensa Nacional, se refirió a la relación entre el gobierno de Leonel Godoy en Michoacán y las fuerzas federales. La falta de acuerdos es por tanto policía infiltrado que ha sido detenido. Las autoridades federales no tienen confianza en las estatales ni en las municipales.

La preocupación del senador se enfoca en las previsiones para el cumplimiento de los objetivos que marca la nueva ley sobre seguridad, especialmente para la depuración de fuerzas de los tres niveles de gobierno, hacia las postrimerías del actual sexenio. Son unos 360 mil agentes municipales en todo el país, contra sólo 45 mil soldados en las calles patrullando como policías; de 12 a 15 mil marinos y unos 30 mil integrantes de la Policía Federal.

La ley fija un plazo de cuatro años para que sean depuradas todas las policías, entonces, depende de la voluntad de gobernadores y presidentes municipales para que todos los cuerpos policiacos pasen por controles de confianza y pueda haber una interconexión, confiabilidad, explicó.

En tanto, el senador perredista Tomás Torres, integrante de la Comisión de Gobernación, Puntos Constitucionales y de Justicia de la Permanente, advirtió que el éxito o fracaso de los operativos federales no tiene que ver con el número de elementos que sean enviados.

Es decir, el Congreso de la Unión ya dio al Ejecutivo nuevas leyes, pero ante los hechos recientes lo que se pone en evidencia es la torpeza del gobierno. No hay trabajo de inteligencia.

Siguen repitiendo los mismos errores en materia de coordinación con autoridades locales y en el trabajo de inteligencia, lo cual amplía el camino a la ingobernabilidad. Por ello es necesario que los senadores evaluemos el desempeño del Ejecutivo en la materia y, sobre todo, la estrategia de los policías y militares. Es urgente definir un decreto respecto a la temporalidad de los operativos, comentó Torres.

Sobre el mismo tema, el senador Alejandro González Alcocer (PAN), presidente de la Comisión de Justicia, respaldó el reforzamiento de los operativos, como el de Michoacán; incluso justificó las bajas en uniformados: No hay alternativa. Es una guerra difícil y creo que esto (muertes de policías y militares) es lo que se esperaba. Yo creo que no hay sorpresas porque han sido tocados los delincuentes, ya ve que ahora hasta pretenden hacer un arreglo.